Economía

CEOE Internacional: crónica de una muerte anunciada desde su nacimiento

  • Acumuló más de 700.000 euros de pérdidas en sólo 22 meses
Juan Rosell, presidente de la CEOE. Imagen: EE.

Es la crónica de una muerte anunciada. Desde su nacimiento, CEOE Internacional fue seriamente cuestionada por amplios sectores del colectivo empresarial que no entendían por qué debían de pagar a una sociedad mercantil creada con los fondos de la patronal por unos servicios que antes recibían gratis. Rosell cierra CEOE Internacional.

Se cuestionó también la idoneidad de los máximos gestores de una empresa que, en menos de dos años de existencia, no sólo no se ha convertido en el buque insignia de la internacionalización empresarial española, como pretendía, sino que ha sido germen de enfrentamientos y de controversia con las principales instituciones de promoción exterior del Estado, desde el Icex y la administración comercial hasta el Ministerio de Exteriores, pasando por Cámaras de Comercio o el Club de Exportadores.

Y en el capítulo de resultados, pues el algodón no engaña. Y en este caso nos muestra una mancha de más de 700.000 euros de pérdidas en sólo 22 meses de funcionamiento, que son incompatibles con una política de ajustes en el gasto y de eficacia en la administración.

Y si a ello añadimos algunos escándalos, como el de la falsificación de firmas en el contrato del Foro Iberoamericano de las Ciudades, que provocaron la destitución de Banegas como Administrador, pues no queda otra que convenir que la persistencia de CEOE Internacional era difícilmente defendible.

Y, la verdad, es que la idea, tal y como se configuró, no parecía mala. Aprovechar la amplia red de relaciones de CEOE con el resto de las organizaciones empresariales a nivel mundial para apoyar la acción exterior de nuestras empresas, era un servicio necesario y del que ya disponían otros países de nuestro entorno. Pero, muchas veces, las buenas iniciativas mueren por una mala gestión. Eso es lo que ocurre en una economía de mercado y en el sector privado.

Ahora, a ver si cunde el ejemplo entre las administraciones y nos cierran esa pléyade de instituciones, fundaciones y empresas públicas ineficaces, ineficiente y ruinosas. Porque eso también es transparencia.

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