Ingeniero de vocación y de carrera, lleva cuatro décadas en Euroestudios, grupo que ahora preside, al tiempo que lidera Fidex. Por ello, Juan Santamaría es el indicado para repasar todo el panorama nacional de ingeniería civil y edificiación.
¿Necesita España empresas que controlen las infraestructuras? ¿Qué piensa del problema del Canal de Panamá?
Gracias a la labor realizada desde los 90 hasta 2010 hemos podido salir fuera demostrando que se puede mejorar en poco tiempo en infraestructuras. El problema de Panamá puede tratarse de un problema de adjudicación, o de errores en el precio.
¿Se estudian bien los presupuestos para proyectos? ¿Qué pasa con los 'aeropuertos fantasma'?
Los presupuestos se hacen bien, el problema es que muchas obras están enterradas y no se puede saber qué hay debajo, por el coste de las perforaciones. Si en una obra adoptan la solución incorrecta y rectifican después, el proceso se encarece. El informe de Fidex reflejó en las jornadas que, si se hacen bien los procesos de ingeniería mundial, se ahorra un billón de dólares al año. Para ello hay que gastar entre un 3 y un 5% más en ingeniería: en España se gasta el 4,5% y, en Europa, el 8, 5%. Hay que calcular los usuarios que usarán las infraestructuras, porque puede que sean innecesarias. Pero los aeropuertos sólo suponen, junto con alguna autovía, el 0,2% de lo que se ha hecho entre 1990 y 2010.
¿Qué otras conclusiones destacaría de las jornadas Fidex?
Hay que destinar recursos suficientes en los proyectos y aprovechar cosas que ya están hechas, puesto que cada vez es más difícil hacer corredores nuevos.
¿Y el daño al medio ambiente? ¿Controlan las emisiones?
Existen muchos controles, y antes de empezar la obra cualquiera puede manifestar su objeción. Al realizar el estudio se llega a soluciones que se catalogan medioambientalmente y se estudian las condiciones que tendrían que cumplir si son elegidas.
¿Qué opina de las obras que necesitan reparación al poco tiempo? ¿Los plazos vienen impuestos desde arriba?
Las obras bien hechas duran mínino diez años. Puede que se escojan malas soluciones o haya prisa por inaugurar, y por eso se acortan plazos. Los plazos los deciden los políticos, que conocen la opinión pública y establecen que tienen que durar una legislatura, para no concursar un proyecto y no salir elegidos. Tienen ingeniería para corregir, pero eso implica más dinero.
¿En España se aprovecha lo existente? ¿Se conservan las obras?
Sí, pero a veces es imposible debido a la geografía. Y para la conservación, hace falta dinero.
¿No sería mejor invertir menos en obras y más en conservación?
Sí, pero, como en otros países, los políticos consiguieron muchos fondos de Europa, y si no se invertían en obras se perdían.
A la cola de Europa en I+D
