
El Gobierno surcoreano cuenta con un objetivo claro más allá de los Juegos Olímpicos de Invierno en su primer diálogo de alto nivel con Pyongyang en los últimos dos años: reducir las tensiones con su vecino del norte y reunir a las familias separadas por la guerra coreana. Al menos así lo especificó Cho Myung-gyon, el ministro unificador del Ejecutivo de Seúl, de cara al encuentro que se celebrará hoy martes.
"Básicamente, nos centraremos en los Juegos Olímpicos, pero cuando se aborde el tema de las relaciones entre las dos Coreas, el Gobierno tratará de plantear soluciones para las familias devastadas por la guerra y formas de aliviar las tensiones militares ", aseguró ayer Cho.
Unas declaraciones que se sucedieron a las del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien ha señalado que apoyará conversaciones de mayor calado entre ambas partes, aunque sin especificar las condiciones. "Me gustaría verlas más allá de las Olimpiadas", dijo durante el fin de semana en referencia a los contactos diplomáticos entre los ejecutivos de Moon Jae-in y Kim Jong-Un. El inquilino de la Casa Blanca indicó además que Washington se sumaría a éstas "cuando el momento sea adecuado".
Dicho esto, el Wall Street Journal señaló que miembros de la administración Trump plantean si sería posible poner en marcha un ataque militar limitado contra objetivos norcoreanos sin desatar un conflicto bélico. Esta estrategia, conocida como "nariz sangrante", se activaría como reacción a una próxima prueba balística o nuclear por parte de Corea del Norte, como advertencia del alto precio que el régimen de Kim podría pagar por su comportamiento. Obviamente, en un momento en que Cho se prepara para liderar una delegación de cinco personas en el primer cara a cara con representantes norcoreanos desde que el país iniciase su cuarta prueba nuclear hace dos años, miembros del Ggobierno estadounidense sopesan el alto riesgo que implicaría un posible escarmiento militar limitado a Pyongyang.
La delegación norcoreana estará encabezada por el veterano Ri Son-gwon, presidente del Comité de Reunificación Pacífica del país y la reunión se llevará a cabo en Panmunjom, una aldea dentro de las zona desmilitarizada que separa a ambas Coreas. Según los expertos, incluso aunque este primer acercamiento aborde temas más allá de las Olimpiadas de Invierno, la clave para reducir las tensiones sigue centrándose en las conversaciones entre Washington y Pyongyang.
Como condiciones para que esto ocurra, Corea del Norte quiere que EEUU renuncie a las actividades militares conjuntas con su aliado surcoreano, mientras que el Gobierno estadounidense insiste en que la base de cualquier acercamiento debe implicar la eliminación del arsenal nuclear norcoreano, no solo su mera contención.
De hecho, algunos diplomáticos estadounidenses sospechan que el inicio de las relaciones diplomáticas entre Corea del Sur y su vecino del norte respondería al intento de Pyongyang de querer generar rencillas entre Seúl y Washington.