Internacional

Italia aprueba una ley electoral que complica la gobernabilidad del país

  • La norma busca evitar el ascenso del M5S en unos comicios inciertos
El exprimer ministro italiano Matteo Renzi. Foto: Archivo

Italia tiene por fin una nueva ley electoral. La semana pasada el Senado transalpino dio el visto bueno definitivo a la norma conocida como Rosatellum por el nombre de su promotor Ettore Rosato, jefe del grupo parlamentario del Partido Demócrata en el Congreso.

El país transalpino no abandona su tradición de bautizar los sistemas electorales con el nombre de su promotor, latinizándolo. De hecho, en los noventa, el sistema electoral se llamó Mattarellum, porque fue pensado por el actual presidente de la República, Sergio Mattarella. Pero con la nueva ley electoral, la cuarta en poco menos de veinte años, Italia tampoco abandona la tradición de inestabilidad que la ha llevado a tener 64 Gobiernos en 70 años de democracia, de ellos tres en la última legislatura.

El país necesitaba un nuevo sistema, porque el anterior, enmendado tras la derrota de Renzi en el referéndum constitucional del año pasado, no resultaba aplicable. Sin embargo la norma recién aprobada no resuelve el principal problema del sistema electoral transalpino: la gobernabilidad.

Si tras las elecciones de 2013 la victoria a medias del Partido Demócrata (PD) provocó meses de negociaciones e incertidumbre, haciendo temer por un nueva crisis, la situación tras las generales de 2018 (que deberían celebrarse entre finales de febrero y abril) amenaza con ser aún peor. Hace cinco años el problema era el Senado, determinante para dar la confianza al Ejecutivo, y gracias a la heterogeneidad entre los sistemas electorales de las dos cámaras llevó al centroizquierda de Pierluigi Bersani a tener mayoría solo en el Congreso. Ahora, según las encuestas, el resultado más probable es un Parlamento colgado, donde ninguna coalición tendría mayoría absoluta.

Tras años de negociaciones, la única manera de poner de acuerdo un número suficientemente amplio de partidos para aprobar la norma -el PD y sus pequeños aliados centristas han sacado adelante la reforma gracias a la abstención de Forza Italia y Liga Norte- ha sido proponer un sistema mixto con prevalencia del proporcional. Se trata de una ley que protege los pequeños partidos, ya que es necesario apenas el 3 por ciento de los votos para entrar en el Parlamento, y que favorece gobiernos de coalición.

Controversia por la nueva Ley

Con la nueva norma, en parte copiada de la ley electoral alemana, cada elector dispondrá de dos votos. Con uno de ellos elegirá a un candidato de su circunscripción y saldrá elegido el más votado, mientras con el otro escogerá a su partido en una lista de candidatos.

Según acusa el Movimiento 5 Estrellas, la única finalidad de la medida es parar el ascenso de la formación antipartidos fundada por el cómico Beppe Grillo que de momento lidera las encuestas con más del 28 por ciento pero no quiere sellar alianzas con otros partidos.

Renzi con la anterior ley electoral, el Italicum, que fue votada hace solo dos años, pero que no entró en vigor al estar ligada a la reforma constitucional, rechazada en referéndum el pasado diciembre, había propuesto un sistema mayoritario. Su objetivo era llevar al Gobierno a un solo partido, dejando fuera a las coaliciones y a las pequeños formaciones que siempre han condicionado la política italiana.

Sin embargo la victoria del "no" en el referéndum y el ascenso del M5S en las encuestas han hecho que el líder progresista diera marcha atrás. Así, en vez de reformar el Italicum para que resultase aplicable, Renzi ha pactado la nueva ley Berlusconi para frenar el M5S. Por esto los antipartidos, junto a MDP, formación socialdemócrata fundada por tránsfugas del PD, protagonizaron varios días de protestas en Roma, en contra la nueva ley electoral, calificándola de un "ataque a la democracia" por ser aprobada en el Senado y el Congreso solo gracias a mociones de confianzas.

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