
Arrogante, intolerante y peligroso. Así define la mayoría de la población mundial al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, según una encuesta de Pew Research a más de 40.000 personas de 37 países. La llegada del magnate a la Casa Blanca no sólo ha perjudicado la visión internacional hacia el cargo que ejerce y su papel en el panorama internacional, sino también hacia los estadounidenses en general.
Trump está lastrando la opinión de la mayoría del planeta hacia Estados Unidos. De hecho, sólo Rusia y Vietnam tienen mejor perspectiva del país de las barras y estrellas ahora que cuando era Barack Obama quien ocupaba el Despacho Oval.
El presidente republicano es visto como arrogante por el 75% de los encuestados a nivel mundial, el 65% le tacha de intolerante y el 62% de peligroso. Por contra, el 55% le considera un líder fuerte, el 39% cree que es una persona carismática, el 26% apunta que está bien preparado para ejercer la presidencia y un 23% estima que Trump se preocupa por la gente corriente.
Trump no aguanta la comparación con Obama en cuanto a confianza en su gestión en el resto del mundo, y sólo queda ligeramente por debajo de las peores valoraciones en los ocho años de gobierno de George W. Bush, solo que Trump llevaba menos de cuatro meses en el cargo cuando concluyó el sondeo. De hecho, los propios estadounidenses confían cada vez menos en su presidente, con sólo el 36% de ellos valorando positivamente su labor, según datos de Gallup de esta semana.
En este sentido, Rusia va a contracorriente y el 53% de los rusos confía en la labor internacional de Trump, una cifra inédita en la serie histórica. Sin embargo, los americanos no corresponden con el mismo cariño a Vladimir Putin. Según una encuesta de Gallup realizada a principios de junio, sólo el 13% de estadounidenses tienen una visión favorable del líder ruso. La valoración empeora cuanto mayor es el nivel educativo del encuestado y cuanto más a la izquierda se sitúa.
Aunque en realidad, para el resto del mundo, la popularidad de Trump y Putin no dista demasiado. Según Pew Research, la confianza hacia la labor del multimillonario americano es del 22% y hacia la del multimillonario ruso es del 27%; la desconfianza hacia Trump es del 74% y hacia Putin es del 59%. Merkel es la gran triunfadora en la categoría: el 42% confía en su trabajo en el panorama internacional.
Políticas erróneas
La negatividad no se cierne sólo sobre la forma, sino también sobre el fondo. Las grandes promesas de la campaña electoral de Trump también se han sometido a juicio en esta encuesta, y tampoco han logrado el aprobado.
La construcción del muro fronterizo con México es algo que disgusta al 76% de los encuestados, una cifra que se dispara hasta el 94% si se restringe a los sondeados en México. Por otra parte, el 72% se opone a la retirada de EEUU de los principales acuerdos comerciales y el 62% al veto migratorio para ciudadanos de varios países de mayoría musulmana.
También es ampliamente criticada la retirada estadounidense de los grandes acuerdos internacionales contra el cambio climático, con el 71% de oposición, aunque la cifra no corresponde concretamente al
Dentro de las cinco grandes cuestiones preguntadas por Pew Research, la menos cuestionada es el fin unilateral del acuerdo sobre armas nucleares con Irán, con un 49% de opiniones en contra y un 34% a favor.
De nuevo, la valoración dentro del propio país de origen de Trump no es mucho mejor. Las diez políticas presidenciales encuestadas por Gallup suspenden entre el pueblo estadounidense, especialmente en lo referido a la política sanitaria y a las relaciones con Rusia. Sin embargo, los votantes republicanos le siguen aprobando en todas las políticas sondeadas.
La incoherencia del 'soft-power'
Quizá el dato más sorprendente es el relativo al 'poder blando', el término acuñado por Joseph Nye para subrayar el poder de influencia que tienen los productos culturales y las ideas sobre la población.
Así, aunque el 65% afirma que le gustan las películas, producciones televisivas o música de Estados Unidos, el 54% considera algo negativo que las ideas y gustos americanos se desplieguen en el país de la persona encuestada. Sin embargo, es precisamente a través de los productos culturales estadounidenses como más se distribuyen las ideas sobre lo que es correcto en la política y en la sociedad, lo que se ha dado en llamar "americanización".
En la misma línea de incoherencia, el 54% de sondeados cree que el gobierno de EEUU respeta las libertades personales de su población, pero una mayoría - el 46% frente al 43% - dice que no le gustan las ideas estadounidenses sobre lo que supone la democracia.
La visión de España
España es uno de los países encuestados que más hostil se muestra hacia el actual presidente estadounidense y hacia EEUU en general. Sólo el 31% de españoles preguntados tiene una visión favorable del país - el segundo valor más bajo de la serie histórica, sólo por detrás del año 2006 - y el 56% tiene una visión positiva de los estadounidenses, siendo la peor cifra de todo Occidente.
Con respecto a Trump, sólo el 7% de españoles confían en que tome medidas adecuadas en política exterior, la misma cifra que obtenía George W. Bush en 2006 y 2007, pero a un abismo de distancia con el último dato recogido durante la presidencia Obama, que ascendía al 75%.
El 91% de los españoles rechaza la retirada de EEUU de los acuerdos contra el cambio climático, el 92% se opone a la construcción del muro con México, el 61% desaprueba la retirada del acuerdo sobre armas nucleares con Irán, el 85% critica la retirada de los principales acuerdos comerciales y el 72% lamenta el veto de acceso a EEUU de nacionales de seis países de mayoría musulmana.