Internacional

Solo una victoria de Theresa May será neutral para los mercados

  • Si May refuerza su mayoría en el Parlamento, a la libra puede crecer un 4,1%
La premier británica, Theresa May. Foto: Reuters.

"Que viene el lobo", avisaban algunos, dentro y fuera de Reino Unido, durante las semanas previas al referéndum que se celebró el 23 de junio del año pasado, en el que los británicos decidían si le pedían el divorcio a la Europa comunitaria. "Que viene el lobo", repetían según se acercaba la fecha. El "lobo" era el sí en la consulta, el sí al Brexit, lo que entonces para el mercado era (casi) impensable. La historia de aquel día es conocida. El "lobo" finalmente apareció y analistas, inversores y también políticos tuvieron que aprender y aprehender la moraleja de la fábula del lobo y el cordero sin más remedio.

Por eso, la libra cerró este mayo como su peor mes en su cruce con el euro desde el fatídico junio de 2016 -se depreció un 3,55%- y cede algo más de un 4% desde máximos del año, los cerca de 1,2 euros a los que se llegó a intercambiar a mediados de abril (ver gráfico), cuando Theresa May, la actual primera ministra de Reino Unido, decidió adelantar las elecciones para dar legitimidad al Gobierno que negociará el Brexit con la Unión Europea.

El mercado ya no se fía. Y cualquier indicio que indique que puede ocurrir algo inesperado impacta inmediatamente. Cuando May convocó los comicios para el 8 de junio, las encuestas confirmaban su tesis, los conservadores (tories) obtendrían una clara mayoría absoluta que el mercado traduce como "un Brexit ordenado" y "lo relaciona con menos incertidumbres", destacan desde Fidentiis Gestión.

Sin embargo, la ventaja de May y los suyos respecto a Jeremy Corbyn y los laboristas se ha estrechado paulatinamente desde los 23 puntos a finales de abril hasta los 3 puntos actuales, según la media de encuestas que recopila Bloomberg. Algo que ha presionando a la libra, que aún tiene un margen de caída de otro 4% hasta los mínimos de octubre, los 1,097 euros -su nivel más bajo desde 2009- y que es la primera víctima de un escenario de inestabilidad que podría extenderse a las bolsas, sobre todo a las empresas más expuestas a Reino Unido, entre ellas algunas españolas como Iberdrola, Ferrovial o Telefónica -ver apoyo-.

"Dado que el motivo de Theresa May para convocar elecciones fue asegurar un mandato más fuerte para afrontar las negociaciones, cualquier resultado que no sea una mayoría considerable podría ser considerado decepcionante", incide Neil Dwane, estratega jefe de Allianz Global Investors. "Aunque en efecto la libra se apreció cuando las elecciones fueron anunciadas y se debilita ahora, el efecto absoluto de los distintos escenarios electorales no es ni mucho menos claro", observa, por su parte, el equipo de analistas de Monex Europe, que incide en que "el último revés sufrido por la divisa británica podría estar igualmente causado por los pobres datos macro".

Los riesgos de Corbyn

Los analistas de JP Morgan AM coinciden con esta postura y, de hecho, argumentan que un Parlamento sin una mayoría clara "podría en última instancia favorecer a la libra debido al incremento de probabilidades de un Brexit blando -y en el último extremo de un escenario en el que se diera marcha atrás a la ruptura-". Pero hay otro riesgo latente que no tiene tanto que ver con las negociaciones, y es que gane el laborista Jeremy Corbyn. Primero, porque es una opción que no se está teniendo en cuenta y, segundo, porque en su programa incluye más impuestos, más gasto público y nacionalizaciones, con los que no comulga el mercado.

"En caso de que no haya apoyo claro a May, empezarían de nuevo las especulaciones sobre la conveniencia del Brexit, ya que el resultado del referéndum fue muy ajustado y muchos se preguntaron si ese estrecho margen legitimaba a que en nombre de todo un país se pusieran en marcha los trámites para la salida de la eurzona", admite Victoria Torre, de Self Bank, quien, eso sí, cree que "no hay marcha atrás en el Brexit". Tampoco desde la perspectiva de los países miembros de la Unión Europea, que en su mayoría se han tatuado la expresión "fuera es fuera" y que pretenden que se asuman las consecuencias.

"También es cierto que para algunos partidos, como el Partido Liberal Demócrata, es la última oportunidad para suavizar la postura actual y que si los tories no consiguen una mayoría holgada, Reino Unido tendrá que rebajar sus pretensiones", continúa la analista, quien añade que "por desgracia, los últimos atentados en suelo británico pueden ser un argumento para los deseos de May de endurecer el control de aduanas, con el objeto de prevenir este tipo de situaciones".

Que finalmente el Partido Conservador consiga la mayoría absoluta que pretende, que es lo que hasta ahora descontaba el mercado, no quiere decir, tampoco, "que la incertidumbre se rebajará de forma drástica", concluyen en JP Morgan. Las negociaciones serán largas y muchas consecuencias son todavía desconocidas.

La libra, en el punto medio

Uno de los termómetros que mejor ha reflejado el impacto que supone el abandono del Mercado Común para Reino Unido es la cotización de la libra. Tras sufrir su peor mes frente al euro desde el Brexit, la divisa británica ha regresado al entorno de los 1,288 dólares, justo en el punto medio de la horquilla en la que la sitúan los analistas a corto plazo en función de la demostración de fuerza que hagan los conservadores el próximo 8 de junio.

"Una gran mayoría para los conservadores confirmando un Brexit duro pero suave, contribuiría a difuminar los riesgos, por lo que podríamos ver al cruce avanzando hasta el 1,34", calculan los expertos de Citi. En la casa estadounidense marcan otro umbral, los 1,20 dólares, como el nivel a vigilar en caso de que el dominio tory en la Cámara de los Comunes se mantenga invariable. "En este escenario creemos que el potencial al alza de la libra frente al dólar estaría limitado, ya que la confianza de los mercados se mantendría baja a la espera de la conclusión de la negociación del Artículo 50 del Tratado de la UE".

Sin embargo, en vistas del fuerte avance en los sondeos que ha protagonizado el candidato laborista, Jeremy Corbyn en los últimos tiempos, los analistas de Citi también proyectan hacia dónde se podría ir la libra esterlina en el caso de que la composición del arco parlamentario dé un vuelco. De sufrirse lo que denominan un "terremoto electoral", el cruce podría irse hasta los "1,10 dólares", aclaran en la entidad.

Volará alto a largo plazo

Aunque la dirección hacia la que se moverá la libra se encuentra, a corto plazo, muy ligada al resultado de las elecciones del próximo jueves, los analistas coinciden en que a largo plazo cotizará más cerca de sus niveles pre Brexit que los actuales.

Como destacan en Citi, "la libra todavía se sitúa próxima a mínimos históricos en términos de tipo real efectivo [mide las diferencias de precio de un producto en función de en qué país y divisa se compre]".

Según la media de casas de análisis que elabora Bloomberg, la libra cuenta con potencial para subir tanto frente al euro como al dólar en los tres próximos años. Los expertos prevén que en 2020 cada libra se intercambie por 1,27 euros y por 1,34 dólares, unos niveles un 10,5 y un 4,3% superiores a los que se mueve en la actualidad.

De hecho, la libra encontraría argumentos para subir incluso si el nuevo inquilino de Downing Street fuese Corbyn y diese una vuelta de tuerca a la política económica en las islas británicas, consideradas por algunos como el gran bastión del liberalismo en Europa. "Un mayor crecimiento de los salarios por el reforzamiento de los sindicatos, unido al ensanchamiento del déficit público podría elevar las presiones inflacionistas, lo que hace presagiar que el Banco de Inglaterra (BoE), endurecerá sus políticas a partir de finales de 2019" destacan en Citi.

Esta teoría refuerza la posibilidad de que la autoridad monetaria de las islas retire la artillería que desplegó en su reunión de agosto, la segunda tras al referéndum. Entonces el miedo a una ralentización de la actividad económica obligó a la entidad a rebajar los tipos de interés de referencia en la isla del 0,5 al 0,25%, el nivel más bajo de su historia, además de aumentar su programa de compra de activos en 70.000 millones de libras al año -10.000 millones por la inclusión de bonos corporativos en su universo de compras y el resto, en deuda pública-. Este movimiento en el tablero del Banco de Inglaterra, unido a la depreciación de la libra no ha hecho más que elevar la presión inflacionista en Reino Unido. Los precios han pasado de crecer a un 0,6% interanual en agosto de 2016 al 2,7% el pasado mes de mayo, siete décimas por encima del mandato que marca la hoja de ruta de la entidad.

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