
Lo que en muchos países parece algo habitual, el impuesto sobre el valor añadido (IVA), podría llegar ahora a la primera economía del mundo. El gobierno de Estados Unidos se plantea implantar su propio modelo de IVA así como un impuesto de hidrocarburos.
La Administración Trump busca alternativas desesperadamente para mantener a raya la inmensa deuda pública del país al tiempo que baja el impuesto sobre la renta y a las empresas, incrementa su inversión en Defensa y mantiene su intención de construir el muro en la frontera con México.
Según las fuentes a las que ha tenido acceso
Por una parte, el impuesto sobre el valor añadido se aplica con el mismo porcentaje sobre los productos o servicios independientemente de si son adquiridos por las personas de menores ingresos o por las grandes fortunas, por lo que perjudica en mayor medida al americano medio.
Sólo cinco estados del país carecen de su propio impuesto sobre las ventas. Incluso algunos de ellos delegan estas competencias en los municipios. De esta forma, si la Casa Blanca implantara otro 'IVA' a nivel federal, habría que sumárselo a la cuantía ya implementada por los estados.
Por otro lado, tasar el consumo de hidrocarburos a través de las emisiones de dióxido de carbono producidas por la quema de combustibles fósiles perjudicaría a sectores que tradicionalmente han apoyado y financiado al Partido Republicano, como las petroleras.
Además, en caso de que la propuesta se hiciera pública, se tendría que enfrentar a una fuerte oposición tanto en el panorama político como en la sociedad. Republicanos como quienes ayudaron a rechazar la reforma sanitaria de Trump por considerarla demasiado suave, el Freedom Caucus, no van a dar su brazo a torcer en unas medidas que incrementarán los ingresos del gobierno federal a costa del ciudadano. Y comerciantes y consumidores protestarán al saber que tendrán que pagar aún más por los productos que adquieren diariamente.
Si Trump sigue adelante con estas propuestas ahora en estudio podría ser un nuevo gran borrón de su política, ya afectada por el rechazo de la reforma sanitaria, la paralización judicial de sus vetos migratorios y las acusaciones sobre periodistas por supuestas noticias falsas, entre otras cuestiones.
El presidente prometió en su campaña que bajaría los impuestos para "permitir a la gente tener más dinero en sus bolsillos e incrementar los salarios después de impuestos" y no aumentar la deuda pública.