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Suecia: el crecimiento y la competitividad se convierten en 'enemigo' de la economía

  • Suecia importa deflación ante la fuerte apreciación de la corona sueca
  • El banco central de Suecia rebajó los tipos de interés en 25 puntos básicos
Foto de archivo

El comportamiento de Suecia dentro de la crisis ha sido excepcional. Desde 2009 su PIB no ha parado de crecer, la tasa de paro se ha mantenido siempre por debajo del 9% y el saldo de la balanza por cuenta corriente ha seguido siendo positivo. Después de demostrar un rendimiento superior al de la gran mayoría de los países del euro, ahora se enfrenta al mismo problema que ellos, la temida deflación.

Parece inexplicable que un país con estos datos e inmerso en una más que probable burbuja inmobiliaria (la vivienda no entra dentro del IPCA) se esté enfrentando a una moderación extrema de los precios. La tasa de variación del Índice de Precios Armonizado (IPCA) está plano, incluso en algún mes se ha producido una caída interanual de los precios. Y aunque a nivel general los datos macroeconómicos son buenos, el Riksbank advirtió de que el actual escenario de deflación afectará a la creación de empleo y los beneficios de las empresas.

Ante esta situación, el consejo ejecutivo del Riksbank, el banco central de Suecia, decidió rebajar en 25 puntos básicos el tipo de interés de la corona sueca, situándolos así en el 0%, como consecuencia de las menores perspectivas de inflación, que incluso este año se espera que entre en terreno negativo.

¿Cómo se ha llegado a esta situación?

Al contrario que la eurozona, Suecia ha llegado a este escenario deflacionario por la confianza que suscita la economía del país nórdico y su divisa, que ha sufrido una apreciación importante respecto a las principales divisas del mundo. En 2010 hacían falta 11,5 coronas suecas para comprar un euro, a día de hoy tan sólo hacen falta 9,5 coronas.

Según explica el economista jefe de La Caixa, Jordi Gual, "este elevado riesgo de deflación se debe al fortalecimiento de su moneda, como consecuencia de su crecimiento económico, elevada competitividad y unas políticas monetarias y fiscales orientadas a la estabilidad".

"Esta apreciación de la moneda es la que ha provocado que Suecia importase deflación, en un contexto en el que muchos de sus socios comerciales (especialmente EEUU, Reino Unido, Japón y la eurozona) se embarcaban en políticas monetarias no ortodoxas", explica Gual en un informe de La Caixa.

La apreciación continuada de la moneda ha reducido directamente los precios de los bienes y servicios importados, que presionan a la baja el IPCA. Las causas de la apreciación de una divisa pueden ser múltiples, pero entre las más importantes se encuentra el comercio exterior.


Y es que un superávit comercial suele conducir a una apreciación de la divisa, (si los bancos centrales no intervinieran) ante el incremento de la demanda de dicha moneda para comprar los bienes y servicios del país con superávit. Esta apreciación vuelve a equilibrar el comercio exterior puesto que el encarecimiento de los bienes y servicios producidos en el país con superávit suelen desembocar en una pequeña pérdida de cuota de mercado.

Pero en Suecia, este proceso no ha tenido prácticamente incidencia, pues los bienes que exporta el país nórdico son de gran valor añadido y su demanda es muy rígida. El superávit por cuenta corriente sigue estable, en torno al 6% del PIB. Esto ha sido otra pequeña contribución a la apreciación de la divisa sueca.

"En un mundo altamente interconectado como el actual, una pequeña economía abierta como la de Suecia sufre embates, quiéralo o no, de las políticas económicas de los grandes bloques, especialmente cuando son políticas muy agresivas", sentencia Jordi Gual.

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