
El aumento del gasto presupuestario previsto por el Gobierno de Mariano Rajoy ha encendido las luces de aviso en la Comisión Europea, que presenta hoy sus previsiones económicas de primavera. A pesar de la buena marcha de la economía española, las cuentas enviadas a Bruselas por el Ejecutivo del PP se desviarán del objetivo del déficit del 2,2% del PIB acordado, según informaron fuentes comunitarias a elEconomista.
El desvío no será lo suficientemente serio para poner en peligro la salida del procedimiento de déficit excesivo, en el que España es el único socio de la UE que permanece, pero tampoco resulta insignificante como para ser pasado por alto. Eso sí, las previsiones confirmarán hoy que España cumplió el pasado año con su objetivo del déficit del 3,1% del PIB.
No todo serán malas noticias cuando el comisario de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, presente hoy las previsiones macroeconómicas. La Comisión revisará al alza el crecimiento español en comparación con sus proyecciones de febrero. Si entonces esperaba un crecimiento del 2,6% este año y del 2,1% en 2019, ahora prevé un aumento adicional de tres décimas para ambos años, hasta el 2,9% y 2,4%, respectivamente.
Los vientos de cola, sobre todo del impulso monetario del BCE, continuarán ayudando a la cuarta economía del euro. Pero el eurobanco ya se prepara para normalizar su política monetaria, mientras que la subida del petróleo complicará el equilibrio de las cuentas. Por eso, con unas cuentas que ya se desvían de la senda marcada, la Comisión advierte sobre el patinazo adicional que implica volver a alinear las pensiones con la inflación. La indexación de las pensiones no se ha tenido en cuenta en el desajuste del déficit español, ya que Bruselas basó su análisis en el borrador presupuestario que se envió al Parlamento, y el acuerdo con el PNV para subir las pensiones llegó más tarde.
Examen de la tasa tecnológica
Las fuentes comunitarias consultadas advierten que aún tienen que analizar la llamada tasa Google propuesta por el Gobierno para compensar parte del alza de las pensiones un 1,6% este año y 1,5% el que viene. El Ejecutivo español espera recaudar unos 2.100 millones con el nuevo gravamen, que refleja una propuesta similar del Ejecutivo comunitario para la UE.
Sin embargo, desde la Comisión insisten en que la reforma de 2013 que rompió la indexación garantizaba la sostenibilidad a largo del sistema español, un asunto clave te-niendo en cuenta no sólo los problemas de la caja de la Seguridad Social, sino también la enorme deuda de la economía española.
Además, la institución advierte de que esta subida de las pensiones dirige el gasto hacia la gente mayor, en detrimento de otros colectivos. Una transferencia de recursos que choca al tener en cuenta que las pensiones españolas son de las más altas en Europa en relación con el salario medio.
Según las fuentes consultadas, una cosa hubiera sido subir las pensiones mínimas, y otra muy diferente es un aumento generalizado, aunque sirva para conseguir los votos del PNV para pasar los Presupuestos, o los votantes del PP de cara al próximo ciclo electoral.
El pasado marzo, al pasar revista a las economías europeas, la Comisión ya mostró su oposición a una subida de las pagas de los pensionistas cuando empezaron sus protestas. El análisis sobre nuestro país valoraba que las reformas de las pensiones de 2011 y 2013 ayudarían a contener el gasto y garantizar la sostenibilidad, pero advirtió que se traduciría "probablemente en pensiones menos generosas".
Como parte de la revisión periódica tras el rescate a la banca de 2012, la Comisión y el BCE ya advirtieron que nuestro país debería aprovechar el buen momento económico no para abrir la mano, sino para apretarse el cinturón. El objetivo debería ser conseguir una "reducción decidida" de la deuda pública, actualmente en el 98,3% del PIB, y volver a acumular un colchón fiscal que permita España soportar futuras turbulencias.