Indicadores EEUU

Ben Bernanke, ante el dilema de ofrecer otra ronda de estímulos

Ben Bernanke, presidente de la Fed. Foto: Archivo

¿Saldrá la Reserva Federal (Fed), de nuevo, al rescate de la economía? El banco central de EEUU se reúne el martes en Was-hington bajo la mirada atenta de los inversores de ambos lados del Atlántico.

A pesar de que las bolsas van a la baja, el desempleo sigue alto y el crecimiento es anémico, hay pocas expectativas de que apruebe de forma inmediata una nueva ronda de compra de valores para estimular el crecimiento de la economía de Estados Unidos.

Las autoridades han dicho que quieren ver cómo se comporta la economía antes de tomar cualquier nueva decisión. Sobre la mesa, tendrán el último dato de empleo en Estados Unidos, con 117.000 contratos firmados en julio y una bajada de la tasa de paro al 9,1%, cifras aún insuficientes para generar la sensación de una recuperación sólida.

En su informe semestral al Congreso sobre la política monetaria, a mediados de julio, el presidente de la Fed, Ben Bernanke, alertó de que "si la debilidad reciente de la economía persiste más de lo esperado, podrían resurgir los riesgos deflacionarios y eso requeriría más medidas de apoyo". Y añadió: "La Reserva Federal está lista para responder si los desarrollos económicos indicaran que es apropiado un ajuste de la política monetaria".

Bernanke explicó que consideraba varias opciones y mencionó la posibilidad de una tercera ronda de compra de deuda (QE3). Ante las expectativas que levantaron sus palabras, al día siguiente, Bernanke matizó que la institución no está preparada en este momento para tomar más medidas.

En su intervención, el máximo responsable del banco central estadounidense enumeró otras posibilidades. Una opción es que la entidad fortalezca las garantías de que los tipos de interés se mantendrán bajos "por un período extenso". La Reserva Federal mantiene la tasa de referencia entre el 0 y el 0,25% desde diciembre de 2008.

Impacto dudoso

Sin embargo, pocos esperan que esas medidas tengan un gran impacto, sobre todo porque el principal problema de la economía en este momento es la falta de puestos de trabajo, no de crédito. "La Fed ha explicado cuál es su menú de herramientas para aliviar el problema, pero hay varias de ellas que realmente no tienen un beneficio macroeconómico significativo", asegura Michael Gapen, economista de Barclays Capital.

El último programa de compra de bonos (QE2), por valor de 600.000 millones de dólares, terminó hace sólo 5 semanas. El banco central cree que ayudó a sostener la economía y que disminuyó la amenaza de la deflación. Pero Bernanke ya advirtió, hace un año, de que la economía no puede vivir siempre animada por los estímulos. "Los bancos centrales por sí solos no pueden resolver todos los problemas del mundo", dijo.

Los críticos, incluidos los republicanos, dicen que la anterior ronda de estímulo hizo subir los precios del petróleo y otras materias primas y, por tanto, dejó a los hogares de EEUU en peores condiciones. "La gente huyó del dólar y eso ayudó a disparar los precios de la energía después del QE2", opina Stephen Cucchiaro, jefe de inversiones de Windhaven Investment Management en Boston.

Algunos analistas consideran que la Reserva Federal está bajo presión porque las medidas que llegan desde la Casa Blanca y el Congreso se centran en la reducción del déficit a largo plazo y no en el crecimiento económico a corto plazo, como demostró el acuerdo para aumentar el techo de deuda aprobado la semana pasada. "La Fed no debería hacer nada en este momento, pero hay presión sobre ellos para hacer lo contrario", asegura Bob Gelfond, director general de Gestión de Activos MQS.

WhatsAppFacebookTwitterLinkedinBeloudBluesky