
Conciliar es un término que ha ido evolucionando con el paso de los años, y saber hacerlo bien no sólo significa lograr una mayor calidad de vida de las familias españolas o simplemente cumplir con la idea de ofrecer las mismas oportunidades a los hombres que a las mujeres. Más noticias en la revista gratuita elEconomista Franquicias y Emprendedores
Conciliar consiste en algo más. Se trata de luchar por una sociedad joven, con iniciativa y que profundice en el concepto de innovación. Y también significa conseguir una igualdad social que permita a las familias del siglo XXI un equilibro en sus vidas, sin tener que depender de un horario o de una equidad inexistente.
Dicen que para conciliar la vida laboral y familiar son necesarias guarderías subvencionadas, que se adapten los horarios, que los comedores escolares sean gratuitos o que se permita una reducción de jornada para poder atender a los hijos. Sin embargo, las cifras de la conciliación van más allá y, hoy en día, las necesidades de las familias españolas han cambiado.
Saber conciliar
Saber conciliar está ligado a dos partes, y no sólo a una. Significa que las empresas tengan empleados más productivos, que los trabajadores estén más comprometidos con su labor profesional y menos dispuestos a cambiarse de empleo. Que el gasto en la rotación de personal suponga un presupuesto menor o que el absentismo en las compañías se reduzca. Y sobre todo, que esto permita a los trabajadores un beneficio personal y profesional con el que ambos salen ganando: Por un lado, las empresas consiguen su objetivo a nivel interno trabajando con profesionales eficaces, productivos y comprometidos; mientras que, por otro, los trabajadores se sienten seguros y capaces de poder atender, sin ningún problema, sus responsabilidades profesionales y personales.
Pero no sólo eso. Gracias a una buena política de conciliación , además de que los empleados acuden a trabajar contentos y, en consecuencia, se mejora el clima laboral de la compañía reduciéndose el estrés y los conflictos laborales; también se ayuda en la mejora de la gestión y la planificación del tiempo de los empleados, con el fin de que estén más involucrados y tengan más implicación en los objetivos empresariales. Algo que, para cualquier trabajador, tiene un gran valor personal, ya que, si una empresa se preocupa por lo que más le importa -su familia- este responderá de la misma forma, haciendo de la mejor forma posible su trabajo.
Quizás estos argumentos parezcan pura teoría, ideas sin definir, abstractas y difíciles de conseguir. Sin embargo, a todos ellos se puede asignar una cifra económica, un número que representa el ahorro o la productividad necesaria para que se logre, además de la auténtica conciliación , la mejora de los beneficios económicos de cualquier compañía. De ahí que muchas empresas españolas ya estén empezando a implementar nuevas plataformas de conciliación para sus empleados, adaptadas a las necesidades actuales de cualquier familia y que permitan realmente conseguir un equilibrio en sus vidas, aprovechando el desarrollo de las nuevas tecnologías en este tipo de prácticas de conciliación .
Imagen de marca
El resultado es bastante tentador y no cabe duda de que al final ganan los empleados, pero también la empresa. Unas buenas medidas de conciliación en la imagen de una marca ofrecen un valor añadido muy alto. Y es que aunque en un primer momento resulte algo intangible, a largo plazo aportará prestigio, notoriedad, mayor atracción de la clientela, mejora de las relaciones con otras empresas o el orgullo de pertenencia de los propios empleados. Lo que supone el desarrollo de una nueva forma de competitividad positiva, en cuanto a nivel de agrado, satisfacción y productividad de los empleados de una compañía respecto a otra.
Si alguna peculiaridad tiene la economía, en cualquier momento, es que se trata de un ciclo que requiere de todos los eslabones. Es decir, si las parejas se animan a tener hijos, habrá más población que hará frente a las jubilaciones, pero también se necesitarán más guarderías, más personas que se dediquen al cuidado de los niños, una mayor contratación de servicio doméstico, más empresas relacionadas con la puericultura, etc. Sólo con una buena conciliación se conseguirá generar más empleo de calidad y asegurar un futuro sostenible.
Quizás se trate de un círculo vicioso en el que alguna que otra variable también tenga que participar. Pero lo que sí es cierto, y todos lo debemos reconocer, es que facilitar esos recursos con unos buenos resultados está en mano de todos, y a la vista está si nos fijamos en Europa, por lo que será imprescindible la participación de cada uno de los actores de la economía para lograrlos.
Teniendo en cuenta que en España más del 80 por ciento de las empresas definen de forma cerrada el horario de sus trabajadores, llegando casi el doble que algunos países europeos, resultan más que necesarios los todavía escasos apoyos institucionales que permitan una mayor flexibilidad para los trabajadores y que ayuden a las empresas a aprender y potenciar este tipo de medidas. Acciones tan sencillas como el teletrabajo, programas de autogestión de tiempo o la facilidad de contratación de personal de ayuda a domicilio, permiten una mayor flexibilidad horaria, además de ser para las familias un gran apoyo en su día a día familiar.
Por esto, un análisis profundo de la situación en España, tanto a nivel legal como práctico, así como la puesta en común de los problemas y las necesidades, son imprescindibles para dar el paso necesario a la conciliación que hace falta, una conciliación tangible y eficaz.
Es importante hacer de la conciliación una forma de vida para así dejar de catalogarla como algo a lo que aspirar siempre con vista al futuro. Es necesario que la sociedad rechace las empresas que no permitan y protejan la conciliación de sus empleados así como rechazan las que no protegen el medioambiente.
Nieves Fernández, socia-directora de Familiafacil.es