
Alejandro Durán es el responsable, junto con Amparo Casamayor, del lanzamiento de Beebrite, una plataforma de juegos que "te ayudan a ser más inteligente", según sus fundadores. La plataforma está basada en un modelo de negocio Freemium -permite jugar gratis pero con limitaciones, salvo que pagues-.
La plataforma ha obtenido el respaldo de ENISA, un Business Angel privado de Barcelona, de la aceleradora Mola.com; y además acumula una inversión de más de 200.000 euros. Sin embargo, se enfrentó a las dificultades que supone crear una empresa en España.
¿Qué es lo más difícil a la hora de lanzarse a emprender?
Lo que más me ha costado es enfrentarme a la parte burocrática. Es lo más difícil de todo el proceso. El otro gran problema es conseguir financiación. Tuve que formarme para aprender a llevar a cabo ese trabajo, largo y duro.
¿Qué necesita España para favorecer el emprendimiento?
Lo principal es que se agilice el tiempo necesario para crear una empresa, que en un día puedas crearla. Y por otro lado, que no se necesite tanto dinero de inicio. Recibes una ayuda, un premio... y la mitad de lo ganado lo pierdes en la burocracia. Se tiene que facilitar de verdad ese trámite. Además, también es necesario que se fomente la financiación bancaria, porque los bancos tienen margen para dar más crédito a los emprendedores.
Habéis salido tanto en español como en inglés ¿No es posible lanzar un proyecto así solo en español?
No se puede. El mercado de Internet no puede enfocarse solo a España. Nuestros competidores están en San Francisco y salen en inglés. Nosotros, para abarcar más mercado, salimos también en español, lo que nos permite enfocarnos al potente mercado de Latinoamérica.
El proyecto ha conseguido numerosos premios y apoyos. ¿Qué es lo que aportan?
Sobre todo reconocimiento. Es un gran escaparate, te permite llegar a muchos inversores y te abre muchas puertas. Es más importante ese reconocimiento que el dinero en si mismo.
¿Qué consejos le darías a alguien que está empezando a emprender y necesita financiación?
Hay que tener muy claro lo que vendes, y creer en ello. Es imprescindible tener ambición con nuestro producto, y ser capaz de contagiar esa ambición a los inversores. En este sentido, es muy importante aprender a presentar: solo vas a tener una oportunidad para convencer a un inversor, por lo que, o lo haces bien, o lo has perdido. De la misma manera, tienes que hacer un buen Business Plan, y ceñirte a él en la presentación, asegurándote de que cumples todos los puntos que incluye.