
Parece que algo está definitivamente cambiando en la industria de la música. La semana pasada, el jefe de Warner Music hizo una confesión inaudita: el sector tenía que asumir la culpa de su situación. Además, últimamente se están buscando nuevos modelos de negocio, como en la recién creada Rcrd Lbl o el lanzamiento del último disco de Radiohead, en el que se invitaba a los compradores a marcar el precio que querían pagar.
La semana pasada, Edgar Bronfman Jr., presidente de Warner, sorprendió al auditorio del congreso GSMA Mobile Asia en Macao al declarar que "nos hemos engañado a nosotros mismos", a la vez que aconsejó a los fabricantes de móviles para que no cometieran el mismo error. "Solíamos pensar que nuestro producto era perfecto tal y como era. Esperábamos que nuestro negocio se mantuviera felizmente inalterado incluso cuando el mundo de la interactividad y el intercambio de archivos estaba explotando", señaló el ejecutivo.
Y todavía fue más allá. "Por supuesto, estábamos equivocados. ¿Cómo nos equivocamos? Quedándonos quietos o moviéndonos a la velocidad de un glaciar, involuntariamente entramos en guerra con los consumidores negándoles lo que querían y que lo podían conseguir de otra manera, con el resultado, por supuesto, de que los consumidores ganaron", sentenció Bronfman.
Nuevos modelos de negocio
Ante la evidencia, otras empresas ya están tratando de encontrar la manera de adaptarse a los tiempos. Éste es el caso de Rcrd Lbl (que se pronuncia Record Label). Esta compañía ha surgido de una joint venture entre Downtown Records, un sello independiente con artistas como Gnarls Barkley o Carla Bruni, y el periodista y empresario Peter Rojas, fundador de los famosos blogs Gizmodo y Engadget.
Recrd Lbl busca ser un híbrido entre sello discográfico y blog: sus lanzamientos se colgarán en la página web de la empresa y podrán ser descargadas gratis y sin restricciones a la copia. De momento, ya tienen tres sponsors de gran calado, la aerolínea Virgin America, Nikon y Puma. El site tendrá también pequeños artículos de prensa, elementos de red social y radio a través de Internet.
Esta idea de una discográfica sostenida sólo por publicidad es un ejemplo de cómo deben adaptarse a los nuevos tiempos las grandes discográficas, que han visto cómo para los usuarios la música debe ser gratis. De momento, la venta de albums ha caído un 14% este año, y la tendencia parece ser irreversible.
Radiohead busca su propia fórmula
El pasado mes de octubre, la banda británica saltó a la palestra con otra idea innovadora. Radiohead ofreció a sus fans la posibilidad de o bien elegir el precio que querían pagar para descargarse su último disco, In Rainbows, o bien descargárselo gratis. Sin cifras oficiales por parte del grupo, la consultora de Internet comScore.com hizo un estudio de las ventas del primer mes, datos más tarde refutados por Radiohead sin dar sus propias cuentas.
Según esta empresa, 1,2 millones de usuarios habían visitado la web, de los que una "parte significativa" se descargó el disco (la empresa alega que los datos son confidenciales y sólo se dan a los clientes); pero el 60% había elegido hacerlo gratis. De los que decidieron pagar, tampoco se rascaron demasiado el bolsillo: 2,26 dólares de media, con el curioso resultado de que en Estados Unidos la gente estaba dispuesta a pagar casi el doble que en el resto.
Pero el panel de comScore.com genera dudas, puesto que se hace con una base de voluntarios y quizás la gente que se descarga habitualmente gratis música no estaría muy dispuesta a que una empresa controlara sus hábitos en Internet. Forbes, por ejemplo, estimó que en la primera semana hubo 500.000 descargas ilegales de In Rainbows, incluso cuando se podía bajar gratis en la página oficial.