Pymes y Emprendedores

¡Sálvese quien pueda! Las pymes reclaman el IVA para sobrevivir

Trece meses y tres días. Esta es la sentencia que pesa sobre una pequeña promotora inmobiliaria de Barcelona. Y pesa como una losa. Uno de sus socios, Antonio, asegura que "como mucho" aguantarán seis meses más sin bajar la persiana. Pero lo curioso de este caso es que su situación no se debe a la cacareada crisis económica, si no a los retrasos en la devolución del Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA).

Les resta la devolución del IVA de 2007: 200.000 euros. Todavía no han recibido notificación alguna de cuándo y de qué modo se les ingresará para dar "un poco de aire" a la compañía, que en los dos últimos años ha pasado de un centenar de empleados a ocho. La situación es límite, asegura Antonio, que se niega a facilitar el nombre de su empresa y sus apellidos, "no vaya a ser que los de Hacienda tomen nota y al final no cobremos".

Hace poco más de un año, estos 200.000 euros no suponían gran cosa para la promotora, pero ahora se han convertido en el flotador para sobrevivir. "Para empezar, podríamos seguir operando medio año más y acabar algunas de las obras que faltan para sacarlas aunque sea al mercado de alquiler", calcula Antonio, que éste ya es el noveno mes sin cobrar, "y al resto les pago lo justo".

Mientras, siguen ingresando algo de dinero con chapucillas, "hacemos trabajos de albañilería o finalizamos las obras de terceras empresas, pero las nuestras están ahí, sin salida de momento", explica.

Operaciones abultadas

Pero la situación de la pyme de Antonio no es única en el sector, al que además se le une ser uno de los más golpeados por la crisis. El cálculo es rápido, si la empresa ingresa más IVA del que paga, debe aportar a las arcas del Estado. Si por el contrario, sus ingresos por este concepto resultan negativos (paga más IVA del que ingresa) es el Estado el que debe abonar a la empresa la diferencia para equilibrar las cuentas de la compañía.

"Las devoluciones más importantes corresponden siempre al sector de la construcción, porque en la mayoría del resto de sectores compras y vendes con más continuidad y los plazos son más breves", explica Enric Rius, experto financiero y fiscal de la patronal catalana Cecot. "En este tipo de empresas el negocio es más lento, por ejemplo, compras un terreno con IVA y hasta que no lo vendes, no percibes el IVA", añade. Si a esta supuesta lentitud, agravada por el ciclo económico, se le añaden las abultadas operaciones que se dan en el sector, las devoluciones de IVA pueden llegar a eternizarse.

Torcuato Jiménez, en representación del grupo constructor Satorsa, aseguró a este diario que Hacienda les adeudaba, a fecha 12 de enero, "una cantidad cercana a los ocho millones de euros" correspondiente a dos empresas del grupo después de haber presentado la liquidación del IVA en enero de 2008.

Según su opinión, esta circunstancia "pone en cuarentena la economía familiar de los miembros que formamos parte de esta organización y está generando tensiones con nuestros proveedores, ya que nuestra situación la trasladamos a las empresas que trabajan para nosotros; autónomos, pequeñas y medianas empresas que también ven peligrar su futuro".

Ansiedad, desasosiego o intranquilidad son algunos de los calificativos que se utiliza para definir la situación de la empresa que además recibiría el pago de unos intereses en torno a los 270.000 euros, según los cálculos del grupo.

Denuncia de la patronal

La patronal Cecot denunció en septiembre del año pasado que casi un 56% de las empresas no había cobrado todavía el retorno del IVA de 2007 y que la mayoría de ellas debería percibir unas devoluciones superiores a los 100.000 euros. Rius añade que el porcentaje ha bajado considerablemente, pero que todavía quedan compañías que no han percibido nada. "El problema no es el interés, que está en torno a un 5,5%, es la falta de recursos para las empresas", aclara.

"Vuelva usted mañana". Esta coletilla típica que se atribuye a la administración sigue funcionando. La mayoría de empresas aseguran que la lentitud de la administración en la revisión de las facturas es lo que provoca los retrasos en la devolución. Francisco tiene un plató de fotografía dedicado al alquiler y señala que "nadie te notifica nada, tienes que ir tú a preguntar y hacer un seguimiento, si tienes suerte y no te cambian el inspector que firma el acta".

Rius insiste en que una de las soluciones para facilitar el día a día de las empresas sería "devolver el IVA ante cualquier duda y luego ya se revisarían las facturas para ver si todo cuadra". Además, este experto señala que, en el caso de Barcelona, se ha detectado una rotación constante en el número de funcionarios que llevan los expedientes, lo que genera retrasos en su tramitación y ralentizan las devoluciones.

"Es mi liquidez, la tienen ellos y yo tengo las manos atadas. Nos deben casi 60.000 euros y ahora nos hemos acogido a la nueva normativa de reintegro mensual. Hasta ahora, para cobrar eran puntuales, pero para devolver..." explica Patricia Bartolomé, una de las socias de la ingeniería Hedo&Montero, que emplea a siete personas. Enumera sus problemas sin pestañear: uno de sus clientes es una constructora en suspensión de pagos de la que ya tiene las facturas hechas pero de la que no ha cobrado "ni un duro" porque el cliente está en suspensión de pagos. "¿Qué hago? Ahora, como me falta liquidez, tengo que ir a distintas entidades bancarias para solicitar dinero, pero este dinero me genera más intereses y así sucesivamente". Bartolomé no entiende "qué revisan en las facturas, si yo arrastro el IVA durante tres meses, no tienen mucho que analizar. A veces me pregunto porqué analizan tanto para devolver y para cobrar lo hacen directamente sin analizar nada".

Ingenieros en apuros

Jaime Portuondo es director general de la ingeniería Superficie Disponible Search Engine. La deuda de Hacienda con su empresa asciende a 30.000 euros de la liquidación del cuarto trimestre de 2007. Pero Portuondo trazó un plan: solicitar el anticipo del impuesto que soporta en su entidad bancaria. La operación era aparentemente sencilla, un préstamo a seis meses con una comisión del 3,5%, esto es, 1.050 euros.

Portuondo cuenta que la entidad bancaria les obligó a que la devolución del IVA estuviera domiciliada en la cuenta que tenían con esa misma entidad para que, cuando Hacienda realiza la devolución, el préstamo se cancelara y "todos tan contentos". Pero después de presentar la liquidación, la entidad pidió a la compañía aportar un avalista.

"Un funcionario por oposición con una vivienda de propiedad valorada en 100.000 euros y con una renta disponible suficiente para hacer frente al préstamo de 30.000 euros en cuotas mensuales en caso de que Hacienda se retrasara en el pago", éste fue el perfil de avalista de la empresa de Portuondo.

Días después llegó un correo electrónico en el que la entidad descartaba adelantar el IVA. "La razón es que la compañía tenía deudas con otras entidades financieras. Es cierto que tenemos pasivo con otras entidades pero el ratio de deuda es razonable en relación con los fondos propios. La excusa no es creíble. ¿Mi opinión? No sé, veo mucho miedo", describe Portuondo.

Y yo que exporto, ¿qué?

Las empresas que también comercializan sus productos más allá de las fronteras asumen más riesgos en el pago del IVA. José María Neira está al frente de una pequeña empresa con tres empleados, Fotopodium, que se dedica a la animación y que el año pasado facturó 800.000 euros.

"Mi empresa exporta fuera de la Comunidad Económica Europea, por lo que no factura ni tampoco cobra IVA de estas operaciones. Así el impuesto que soporto en todas mis compras en España no tengo manera de deducírmelo o compensarlo con mis ventas, muchas de ellas en el extranjero", explica. Fotopodium se ha pasado a la facturación mensual porque la anual "hace que en ciertos momentos me falte liquidez y pueda llevar a cabo el desarrollo normal de mi negocio, ahora no puedo realizar más compras por falta de dinero", explica.

Las devoluciones, que deberían efectuarse seis meses después de la presentación de la documentación, se retrasan en ocasiones, como las aquí recogidas, y se unen a la batalla por sobrevivir en medio de la crisis económica. "Un trozo de pastel lo endulzaría", explica uno de los afectados, "además, el pastel lo hemos cocinado nosotros".

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