
La Audiencia Provincial de Madrid ha desestimado la demanda presentada por Ramón J. Márquez, más conocido como 'Ramoncín', contra Editorial Ecoprensa, la editora de elEconomista.es y de diario elEconomista. La sentencia podría calificarse de histórica, tras la presión ejercida tanto por el cantante como por asociaciones -como la SGAE- para aumentar la judicialización de Internet y con el telón de fondo de la ya tristemente famosa 'Ley Sinde'. Mientras, Bruselas estudia imitar la polémica ley y trasladarla a Europa.
Victoria para los digitales en un contexto de absoluta avalancha de demandas que han ido interponiendo tanto la SGAE como el propio Ramoncín, vicepresidente de la misma hasta el año 2007.
Estas demandas, en bastantes casos se han saldado con derrotas en los juzgados de un buen número de 'bloggers', webs y medios de comunicación online -lo que ha supuesto el pago de multas, en muchos casos, cuantiosas por parte de los propietarios de las mismas-.
¿La razón de la mayor parte de estas demandas? Las opiniones de los usuarios - o bloggers- sobre la actividad profesional de ambos, que se han podido realizar sobre ellos. En estas últimas semanas, personajes de relevancia como Julio Alonso, presidente de Weblogs -por su opinión en el caso de la SGAE- o el de la web Alasbarricadas.org, por comentarios de sus usuarios sobre el mencionado Ramoncín.
Sin embargo, la sentencia de la sección 8 de la Audiencia Provincial de Madrid no deja lugar a dudas. La misma "absuelve" a Editorial Ecoprensa -editora de elEconomista.es-, en la demanda interpuesta por José Ramón Julio Márquez Martínez -'Ramoncín'-, defendida por el bufete 'Peña Abogados' y le impone, además "las costas procesales de la primera instancia a la parte actora"
Un burofax sobre 'Ramoncín'... de parte de la SGAE
Una parte interesante de la denuncia radica en el hecho de que para la editora le fue imposible, siquiera, ser capaz de llegar a dilucidar la incomodidad personal de 'Ramoncín' ante las opiniones de sus usuarios, algo que aclara la sentencia que fue debido a que: "en el burofax no aparece como remitente el demandante" y, en segundo lugar, "porque por el hecho de que el burofax proviniese de los servicios de la SGAE y el demandante hubiese sido vocal de dicho organismo no tiene por qué exigir que la demandada estuviera obligada a conocer (más aún, a adivinar) que la misiva contenía un requerimiento del demandante"
Por todo ello, la sentencia deja claro que la editora ni tan siquiera pudo tampoco tomar decisión alguna sobre los comentarios de los usuarios, redundando la sentencia además que en el propio burofax ni siquiera quedaba claro qué consideraban "ofensivos" y "para ser retirados de la web" dentro de los centenares de opiniones de nuestros usuarios, ya que la petición se hacía sobre la 'abstracción' más absoluta: ni la noticia ni los comentarios de nuestros usuarios fueron del agrado del artista y de su representante legal.
Las razones de la demanda
El motivo de la denuncia de 'Ramoncín' fueron los comentarios vertidos por los usuarios de elEconomista.es en una noticia titulada "'Los usuarios de Facebook 'fusilarán virtualmente' a Ramoncín'".
En la citada demanda Ramoncín exigía a la editora de la web el pago de 10.000 euros más los intereses legales como resarcimiento, al considerar que los usuarios habían menoscabado su persona con insultos y difamaciones.
La SGAE, en pie de guerra contra elEconomista
Además, los abogados de Ramoncín han valorado en la demanda que elEconomista ha "publicado un sinfín de noticias, comentarios y opiniones, siempre en un tono negativo, sesgado y lesivo para los intereses que representa SGAE", y se pregunta qué "criterio informativo se sigue para dar cobertura y difusión a iniciativas de este tipo".
Sin embargo, pese a estas críticas, el medio no ha recibido ninguna demanda por sus informaciones, sino por los comentarios que los lectores han volcado en esas mismas noticias.