
El socialista François Hollande ganó el domingo la primera vuelta de la presidencial francesa con un 28,6 a 29,2% de votos y disputará la segunda como favorito contra el presidente saliente Nicolas Sarkozy (26,1 a 27,3%), según estimaciones de las televisiones.
Hollande y Sarkozy, ambos de 57 años, se enfrentarán el 6 de mayo en la segunda vuelta electoral, de importancia capital en Europa ante el actual contexto de crisis de la zona euro, pero la dinámica es favorable al socialista, que puede contar con la reserva de votos de los otros candidatos de izquierda y de los ecologistas.
El presidente saliente tendrá por su lado el desafío de atraer al centro y a la extrema derecha, que cosechó el mejor resultado de su historia.
El ganador de la segunda vuelta presidirá durante cinco años una de las principales potencias mundiales, miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, con un poder casi sin parangón en el mundo democrático.
En caso de ser elegido, Hollande sería el primer presidente francés de izquierda desde François Mitterrand (1981-1995).
La crisis -marcada por la explosión del déficit y la deuda y un desempleo de 10%- proyectó su sombra sobre la campaña, obligando a los candidatos a abordar la desindustrialización y a reclamar mayor proteccionismo europeo y el retorno al equilibrio de las cuentas.
Hollande, ex secretario del Partido Socialista de 1997 a 2008, fue designado en las primarias socialistas de 2011, y logró convertir la elección en un referéndum contra el quinquenio de Sarkozy, apodado el "hiperpresidente" por su activismo en todos los frentes.
Sarkozy, que batió récords de impopularidad, intentó eludir su balance económico y social y distanciarse de la imagen de "presidente de los ricos", desarrollando una campaña muy de derecha, agresiva, basada en la seguridad y la inmigración