El servicio de estudios del Banco de Santander prevé un crecimiento económico para este año del 2,4 por ciento, debido al "deterioro" de las expectativas desde el verano pasado. En su último análisis, la primera entidad bancaria española recuerda que dicho deterioro se ha producido por un entorno internacional "más desfavorable" en términos de crecimiento, estabilidad financiera y tipo de cambio. A estos factores añade la subida considerable del precio del petróleo y un ajuste del sector inmobiliario "un tanto más intenso del previsto". Además, Santander recuerda que diversos indicadores reflejan el peor comportamiento de la actividad: "cae la confianza del consumidor, el empleo se modera y la industria no mejora".