La líder opositora birmana, Aung San Suu Kyi, se ha reencontrado después de diez años en Rangún con uno de sus hijos, Kim Aris, a quien las autoridades de Birmania concedieron el visado que previamente le había sido negado en múltiples ocasiones.
"Me siento ahora muy feliz", ha declarado Suu Kyi a los periodistas tras recibir a su hijo en el aeropuerto internacional de Rangún, la mayor ciudad del país y antigua capital.
Con Suu Kyi, aguardaron a Kim Aris en la terminal un nutrido grupo de seguidores de la Nobel de la Paz y veteranos miembros de la Liga Nacional por la Democracia (LND).