La inflación en Estados Unidos para el mes de abril ha cumplido con las previsiones de los expertos de Wall Street. Así, el índice de precios al consumidor en Estados Unidos subió un 0,4%, impulsado por el repunte de la energía y los alimentos frescos, tal y como se esperaba. Por su parte, excluyendo a ambos, la inflación subyacente se situó en el 0,2%, también en línea con lo previsto. En un año el IPC ha subido un 2,6 por ciento, y la inflación subyacente ha sido del 2,3 por ciento.