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Consejos ante la coyuntura española actual

Foto: Archivo

La actual realidad económica española presenta un aspecto global que conviene tener muy en cuenta. Por un lado es evidente que nos encontramos en un momento de avance clarísimo en nuestro desarrollo. Una muestra de que el optimismo es su característica es que, cuando redacto este artículo, el sábado 9 de junio de 2018, leo en elEconomista que "el Ibex cerró la semana como la plaza más alcista del Viejo Continente, tras sumar un 1,18%". Añadamos los últimos datos de reducción del paro y de afiliación a la Seguridad Social, o el auge de los activos inmobiliarios o las noticias que llegan de proyectos de inversiones extranjeras en España -salvo lo que sucede en Cataluña- y de colocaciones de capitales a largo plazo españoles en el extranjero, sobre todo en Iberoamérica. Los datos de cómo va marchando el incremento del PIB en 2018 en los países desarrollados muestran que, el 2,9% que se estima el incremento de España va por delante del 2,2% de EEUU, del 2,5% de Alemania, del 2,1% de Francia, del 1,5% del Reino Unido, o del 1,5% del renacido Japón, en los porcentajes respecto al mismo periodo del año anterior. Este dato que muestra el alza interanual de la coyuntura española según el INE nos indica que, como sucede desde hace tres años, simultáneamente se sitúa, por lo que se refiere al PIB, en torno sistemáticamente al 3% anual, lo que impresiona. Y al analizarlo, en el Informe Mensual de Caixa Bank Research, correspondiente a mayo de 2018, se señalaba que "la inversión mantiene el tono y el consumo privado se muestra muy dinámico. Por el lado de la oferta, la confianza empresarial es elevada, con unos indicadores de actividad del primer trimestre de 2018 que mantienen el repunte de fin de año, donde hubo un fuerte gasto en inversión productiva".

Ahora que tiene lugar la llegada de un nuevo gobernador al Banco de España, es preciso señalar que la gestión del anterior, Linde de Castro, ha mejorado muchísimo la herencia que había recibido. Y no es posible olvidar que, por ejemplo, Italia, miembro del G-7, ha sido superada claramente por España, tanto en 2017 como en 2018.

Esta es la herencia recibida en junio de 2018 por Sánchez. Pero el difícil apoyo parlamentario que tiene, le obligará, posiblemente, a ceder ante posturas demagógicas de multitud de partidos populistas y separatistas. Para que no suceda esa cesión, que sería la tercera catástrofe económica generada por el PSOE en España, es necesario que el nuevo Gobierno admita lo que le aconsejen los grandes economistas actuales, compartidas sus tesis por los economistas españoles. Comencemos con lo que señala Okun. Éste fue, hasta su muerte en 1980, un gran investigador en el terreno de la macroeconomía, y un gran asesor de personas políticas clave de los EEUU, como por ejemplo el presidente Johnson. Señaló, en este sentido, que en el conseguir que una sociedad democrática se consolidase a través de la confluencia de la libertad y del progreso económico, era preciso que se huyese de planteamientos aparentemente favorables a amplias capas de población, pero que generarían, al poco tiempo, trastornos económicos graves.

En dos obras -una, Equality and efficiency the big tradeoff (Brooking Institution, 1975) y el póstumo Economics for policymaking. Selected essays of Arthur M. Okun (MIT Press, 1983)- nos muestra, por ejemplo, el enlace entre el incremento del empleo y una sana y ortodoxa política económica, para lo que es obligado que se huya de incrementos impositivos -como ese sobre la Banca del que se habla en España para aumentar las pensiones-, a más de que se facilite la libre acción de la empresa. Para un economista tan conocido como Tobin, estas aportaciones de Okun muestran cómo todo político sensato debe ser capaz de analizar cuidadosamente las posibilidades de reducir las desigualdades sin alicortar los incentivos, gracias a una especie de agenda para impulsar tales oportunidades. Recordemos en este sentido que generó un alza notable en el desempleo, y la existencia de rigideces en los salarios combinada con un sistema de relaciones laborales muy favorable a sus incrementos que es lo que existió en el caso de España: recordemos lo que se originó con el Gobierno de Zapatero. El cambio en el mecanismo de contratación laboral que se puso en marcha en España con el Gobierno de Rajoy, fomentó de inmediato empleo, mientras que el paro crecía en la etapa anterior, facilitada por el auge salarial. Esto, además, debido a las condiciones que la competitividad de una economía muy abierta, crea con rapidez unos déficits importantes en el balance por cuenta corriente. Así se origina un freno considerable en el volumen del PIB y, automáticamente aparece con fuerza el desempleo. Volviendo a Okun; es posible despreciar sus hallazgos.

Y no digamos las consecuencias de la ruptura del mercado, con los halagos a líneas de acción aceptadas por el Gobierno con las autonomías, encabezando lo que se insinúa para el Norte, o sea con la realidad vasca y la navarra, y en el Este, con Cataluña en primer lugar, pero con complementos en Baleares y Valencia. Aquí, los economistas ignoraban a Adam Smith y, recientemente, Allyn Young, porque el desarrollo exige aumento de la productividad, y ello obliga al desarrollo de realidades que hagan posible la división del trabajo, y esto conlleva el aceptar mercados más grandes.

Por supuesto que, para conseguir votos de una masa cada vez más ignorante, como pronosticó Keynes en sus Ensayos de Persuasión, hay que ignorar a Okun, a Allyn Young, y por supuesto a Adam Smith. Y eso es precisamente lo que han defendido en España, desde Fuentes Quintana a Luis Ángel Rojo en la Transición, o ahora mismo, sería que se igualase lo que el recientemente nombrado gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, ha dicho sobre el problema de las pensiones. Olvidarlos es como si, ante problemas sanitarios, ignorásemos en España a Cajal, a Marañón o a Severo Ochoa o, ahora, a Valentín Fuster.

Por eso, aparte de lo que le señala ya Dombrovskis, vicepresidente de la Comisión Europea para el euro, ¿no le llegarán consejos adecuados sobre esto, desde Borrell o desde Nadia Calviño, frente a ciertos planteamientos como, por ejemplo, los de Magdalena Valerio en relación con la reforma laboral?

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