
Estas últimas semanas hemos esperado con ansiedad el resultado del impredecible hard fork (bifurcación dura) de SegWit2x previsto para el 16 de noviembre. Y antes de la fecha anunciada hemos asistido a un desenlace un tanto imprevisible; la gran mayoría de los firmantes del acuerdo de Nueva York que se pusieron de acuerdo para crear SegWit2x han confirmado que no lo van a ejecutar.
En los 9 años de vida de Bitcoin este evento ha sido uno de los más importantes porque ha sido lo más parecido a un ataque del 51%. En un ataque de este tipo si dominas la mayoría de la red puedes definir su evolución y SegWit2x ha sido un intento de la corporaciones de Bitcoin de imponer un nuevo modelo que está más acorde con lo que ellos piensan como debería ser Bitcoin.
Todo esto ha sucedido en un entorno agitado, en el que se creó Bitcoin Cash el 1 de agosto de 2017 y otro proyecto más especulativo -Bitcoin Gold- a principios de noviembre. Todas estas nuevas versiones de Bitcoin han sido posibles por tratarse de una Blockchain pública, descentralizada, que ejecuta con un software libre que cualquiera puede replicar sin pagar licencias. Esta es una diferencia significativa con las blockchain privadas, más centralizadas, donde este tipo de dinámicas no pueden existir porque las propias reglas de juego no las preveen.
Para recabar información de todo lo que está ocurriendo, he invitado a Jaime Núñez Miller, socio consultor de servicios web en Zentank, coautor del libro 'Blockchain la revolución industrial de internet' y pionero del ecosistema Bitcoin en España además de Nodo Bitcoin con Blockchain España y uno de los detractores de la propuesta de SegWit2x.
¿En qué circunstancias se ha dado la creación de esta nueva moneda llamada Bitcoin Cash?
Antes de nada hay que explicar que Bitcoin es una estructura tecnológica y social sin ningún sistema de gobierno o autoridad que lo regule. Ya sé que esto suena muy raro, pero el hecho es que ha estado funcionando así más de ocho años, y parece que con bastante éxito hasta el momento. Este sistema es algo que está siendo examinado con mucha atención por economistas, sociólogos, empresarios y matemáticos. Probablemente sea la primera vez en nuestra historia que nos encontramos con algo así y ha sido posible gracias a una ingeniosa combinación de tecnología, matemáticas e incentivos económicos basados en teoría de juegos. A esa combinación es a la que llamamos "blockchain" y muchos especialistas en distintos sectores opinan que cambiará bastantes aspectos de las relaciones entre empresas e incluso de éstas con sus clientes.
Sin embargo, cuando se trata de una blockchain pública, como es el caso de Bitcoin, hay algo que algunos interpretan como una virtud y otros como un defecto. Se trata de la enorme dificultad que implica modificar unas reglas del juego que ya están aceptadas por todos. Para hacer cambios en el protocolo Bitcoin hay que lograr alinear los intereses de todos los participantes, y cuando digo todos me refiero a más del 90%. Si alguno de los cambios que se intentan incorporar perjudica a alguna de las partes en juego, será casi imposible realizarlos. Lo que ha ocurrido este año es que la estrategia propuesta por los desarrolladores para aumentar la capacidad de la red afectaba a los intereses de alguna de esas partes, sobre todo a los mineros, que juegan un papel fundamental para el funcionamiento de la red.
En principio las blockchains públicas y especialmente la de Bitcoin, forman un sistema en el que a todos los participantes les beneficia colaborar a pesar de que puedan tener intereses individuales muy dispares. No obstante hay casos en los que eso no funciona y el resultado final se traduce en un fork, una bifurcación de la cadena que da lugar a una nueva moneda. Lo hemos visto el año pasado en Ethereum y este año en Bitcoin.
Los mineros son quienes tienen la última palabra a la hora de aceptar o rechazar los cambios en el protocolo. Si los mineros se niegan a aceptar las actualizaciones que proponen los usuarios, éstos últimos podrían llegar a cambiar sus bitcoins por otra criptomoneda que les resulte más atractiva y en consecuencia el precio de bitcoin bajaría en el mercado. Evidentemente eso repercutiría directamente en el beneficio de los mineros.
Cuando se proponen actualizaciones conflictivas como ha ocurrido este año, se inicia un debate en foros y redes sociales, algo así como un híbrido entre guerra fría y danza de apareamiento que sirve para que cada grupo pueda calibrar las posibles consecuencias y sobre todo valorar los daños y beneficios que le acarrearía adoptar o rechazar esa actualización. Este ha sido el caso de la larga polémica sobre la estrategia y las tecnologías necesarias para aumentar la capacidad de la red. La tensión llegó a su punto máximo el pasado agosto, momento en el que, a falta de acuerdo, algunos mineros y usuarios decidieron finalmente crear su propia moneda. Ese es el origen de Bitcoin Cash.
¿Cuáles son las principales diferencias entre Bitcoin y Bitcoin Cash?
En ambos casos se pretende lo mismo a largo plazo, que Bitcoin sea una reserva de valor, es decir, una herramienta para el ahorro, y también por otro lado una moneda global de uso diario. Algo así como un oro digital que se pueda utilizar para pagar en el supermercado o para hacer compras por internet. Sin embargo en el corto plazo y forzados ahora por restricciones puramente técnicas, esos dos objetivos, reserva de valor y medio de pago, tienen prioridades distintas para unos y otros.
El debate que ha dado lugar a Bitcoin Cash es que la blockchain de Bitcoin contiene ciertas limitaciones en el tamaño de los bloques, impuestas voluntariamente desde sus inicios. Estas limitaciones tienen como objetivo favorecer su adopción y mantener la red descentralizada porque es precisamente esa descentralización la que hace que sea resistente a cualquier tipo de censura o de control. Lo que ha ocurrido ahora es que a medida que aumentaba el número de usuarios y por tanto también de transacciones, éstas se hacían más lentas.
Si quieres "acelerarlas" y lograr que se confirmen antes tienes que pagar unas mayores comisiones. Este incremento de las comisiones ha perjudicado sobre todo a los que utilizaban Bitcoin como medio de pago y no como almacén de valor. Lógicamente reclamaban una solución inmediata eliminando en primer lugar esa restricción original en el tamaño de los bloques. Esa es la solución que adopta Bitcoin Cash, en definitiva una blockchain más grande en la que caben más transacciones porque aumentan el tamaño de los bloques a 8Mb en vez de 1Mb como es en Bitcoin actualmente. El límite lo han multiplicado por ocho, lo que teóricamente solucionaría el asunto de la capacidad por algunos años. Sin embargo esta estrategia tiene un precio.
Evidentemente a los usuarios que utilizan Bitcoin como reserva de valor o para pagos ocasionales también les preocupan las comisiones, pero para ellos es más importante seguir manteniendo reducido el tamaño de los bloques de la base de datos. ¿Por qué? Pues para favorecer que exista un mayor número de nodos en la red, es decir, una red más descentralizada. Esos nodos son los ordenadores que contienen la copia de todas las transacciones.
Actualmente hay más de 10.000 nodos repartidos por los cinco continentes, incluso en satélites, y todos ellos mantenidos por voluntarios de forma altruista. Esto es precisamente lo que hace que Bitcoin sea indestructible. Sin embargo, al aumentar el tamaño de la blockchain, como ha hecho Bitcoin Cash, se impone un mayor coste de mantenimiento para los nodos y en consecuencia muchos de esos voluntarios dejarán de tenerlos, el número de nodos disminuirá y en última instancia la red será más vulnerable.
Entonces, ¿cuál es el plan de Bitcoin para crecer?
La estrategia de crecimiento propuesta por los desarrolladores de Bitcoin consiste en hacer que las transacciones ocupen menos espacio mediante una tecnología llamada SegWit. SegWit soluciona temporalmente el problema del atasco sin afectar al número de nodos. En paralelo se están desarrollando canales de pago seguros y descentralizados llamados Lightning Networks. Es como una capa añadida sobre la cadena principal. Estos canales permitirán hacer millones de transacciones con comisiones muy bajas sin impactar en el tamaño de la blockchain.
Este planteamiento es una solución a largo plazo, pero en mi opinión más sostenible y más lógica. No tiene sentido guardar en todos los nodos del mundo, y para toda la eternidad, el pago de ese café que te tomaste ayer. Los canales de pago van a beneficiar mucho a los usuarios, que van a poder hacer transacciones instantáneas y prácticamente gratis. Sin embargo -y esta es una de las causas del problema- los mineros dejarán de percibir las comisiones por esas transacciones hechas fuera de la blockchain.
¿Qué es SegWit2x? ¿Por qué a SegWit2x se le ha definido como un ataque del 51%? ¿Por qué el equipo de SegWit2x no quiso activar Replay Protection y que intención estratégica tenía?
La bifurcación del protocolo que dió lugar a Bitcoin Cash no era el resultado deseado por varias de las empresas más conocidas de la comunidad Bitcoin como BitGo, Coinbase, Xapo, BitPay, Bitmain y el grupo de Barry Silbert, el Digital Currency Group. Éstos decidieron ponerse manos a la obra para forzar un compromiso entre las partes en conflicto, pero sin contar con una de las partes. No invitaron a ningún desarrollador de Bitcoin. Sorprendente, pero así fue.
El acuerdo unilateral no sólo no logró evitar la aparición de Bitcoin Cash sino que consiguió aumentar la tensión que ya de por sí era altísima. Incluso amenazaba con provocar otra nueva división, que es justo lo contrario de lo que se quería lograr. Si hay algo que une a la comunidad Bitcoin es su aversión a cualquier cosa que suene a manipulación o a control. Aquel acuerdo, seguramente bien intencionado, nació ya muerto sólo por la manera en el que se formalizó.
Lo que se pretendía era que los mineros aceptaran SegWit, que eran los cambios propuestos por los desarrolladores de Bitcoin y tres meses más tarde hacer una actualización para aumentar el tamaño de los bloques a 2Mb. Con ese aumento se pretendía satisfacer a algunos usuarios y mineros que llevaban tiempo reclamando una solución urgente para reducir el coste de las comisiones. De ahí el nombre de SegWit2x. El caso es que ese compromiso no gustó a casi nadie. Ninguno de los desarrolladores de Bitcoin apoyó la propuesta de SegWit2x. Sin embargo los mineros sí aceptaron SegWit, no por convencimiento, sino cediendo a la presión de los usuarios que amenazaban con crear su propia cadena de bloques si seguían rechazando SegWit. Esto ocurría en agosto de este año.
En ese momento la comunidad se encontraba dividida en tres grupos: los que apoyaban a los desarrolladores, los que estaban con los mineros y por último las empresas que querían que Bitcoin no se dividiera. El objetivo del acuerdo era sobre todo evitar un fork de la cadena, pero una vez creado Bitcoin Cash parece que ya no tendría sentido, excepto si se lograba que Bitcoin Cash sucumbiera.
Para ello sólo había una opción: forzar la ampliación de 2Mb en el protocolo Bitcoin tal y como se habían propuesto. Como los desarrolladores se oponían, los firmantes del acuerdo encomiendan a un antiguo y respetado desarrollador, Jeff Garzik, para que hiciera un fork de Bitcoin y ampliara el tamaño de los bloques. Los mineros instalaron el software a la espera de que llegara este mes de noviembre el bloque número 494.784 que activaría la nueva cadena. La respuesta de los usuarios y de los desarrolladores ante lo que consideraban un ataque "corporativo" fue masiva. Estaba claro entonces que SegWit2x sólo provocaría otro fork dividiendo aún más a la comunidad.
La ampliación de los bloques a 2Mb suponía una modificación hostil de las reglas de consenso iniciada por un grupo de mineros que contaban con más de un 70% de la capacidad de cómputo. Por su parte la gran mayoría de nodos no aceptaron el nuevo software. Este escenario es el que Satoshi describió en su día como un ataque del 51%.
Es decir, si alguien lograba controlar más de un 51% de la capacidad de producir bloques conseguiría la cadena más larga, con más bloques, y por tanto ésta sería la cadena válida. Sin embargo, los nodos no iban a cambiar y aunque fuera sólo con un 30% de los mineros, éstos continuarían con la cadena de siempre, aunque no fuera la más larga. Nos encontrábamos así ante otro potencial fork a mediados de noviembre, otro Bitcoin más. Ahora tendríamos ya tres Bitcoins. Por suerte no se llegó a ese extremo y el pasado 8 de noviembre, una semana antes del fork, los proponentes de SegWit2x decidieron echarse atrás, aunque no lo sabremos definitivamente hasta el 16 de noviembre.
El replay protection es algo que se debe hacer en un fork para evitar que una misma transacción pueda mover las dos criptomonedas. Si Alicia emite una transacción en la cadena X para enviar monedas x a Roberto, Roberto podría copiar esa misma transacción y emitirla en la cadena Z para recibir las monedas z de Alicia sin que ella se entere. Se entiende que quien cambia las reglas es quien crea una nueva cadena y por tanto debe ser él quien incorpore los cambios en las transacciones para evitar que se puedan emitir en la otra cadena. No hacerlo supondría crear una situación de caos sin precedentes. SegWit2x finalmente decidió no incorporar esa protección en un desesperado intento por lograr que los nodos aceptaran instalar su software. Tampoco tuvieron éxito con ello y finalmente desistieron de su intento.
Bitcoin Cash se convirtió ese mismo día en la esperanza de esos mineros y de aquellos que creen que Bitcoin debe ser ante todo un medio de pago. Mientras tanto Bitcoin Core, el Bitcoin de siempre sigue su camino despacio, impasible y contundente. Sin duda es una descripción muy general de lo que ha pasado, pero el detalle es de enorme interés para quienes desean conocer el comportamiento de Bitcoin ante una situación de altísima presión e incertidumbre como la que hemos vivido estos últimos meses. Muy importante esto también para conocer su comportamiento futuro.
¿Cómo ves el futuro de Bitcoin y Bitcoin Cash?
Pues creo va a depender sobre todo de la capacidad técnica de sus desarrolladores. Tarde o temprano Bitcoin tendrá que ampliar el tamaño de sus bloques a pesar de los canales de pago. Para utilizar un canal de pago, imaginemos que con un banco, primero hay que hacer una transacción de apertura en la blockchain, después se pueden realizar todas las transacciones lightning que se quieran dentro del canal y finalmente otra de cierre en la blockchain, ya sea a final de mes, a final de año o cuando quiera una de las partes. A medida que Bitcoin se vaya adoptando por la población, el número de transacciones de apertura y cierre de canales será suficientemente grande como para requerir un aumento del tamaño de los bloques.
Por otro lado, Bitcoin Cash no podrá llegar a competir con VISA sin aumentar el tamaño de su blockchain a un ratio mínimo de 85Gb al día, lo que por supuesto haría inviable mantener nodos independientes. Al igual que Bitcoin plantea su crecimiento con soluciones en una segunda capa como Lightning Network. Bitcoin Cash deberá ampliar su capacidad también con este tipo de soluciones. En resumidas cuentas, las estrategias que ahora divergen, confluirán en el futuro haciendo que ambas monedas sean bastante parecidas.
El valor de cada una de ellas se lo darán los usuarios apostando por una u otra tecnología, y lo que es más importante, por la coherencia, la integridad y la capacidad de los ingenieros que las desarrollan, que al final es lo que fundamentalmente diferenciará a Bitcoin de Bitcoin Cash. Este año 2018 será sin duda el de la incorporación de nuevas tecnologías, el de la carrera definitiva por ser la moneda líder en el sector de las criptodivisas. Hagan sus apuestas.
Jaime Núñez Miller es socio consultor de servicios web en Zentank y Nodo amigo de BlockchainEspana.com. Jaime y Alex son coautores del libro 'Blockchain: La revolución industrial de Internet' publicado por Ediciones Gestión 2000 (Grupo Planeta) ya disponible a la venta en Amazon.es y en la Casa del Libro, cuyas novedades se pueden seguir en @LibroBlockchain y LibroBlockchain.com, la novela gráfica 'Bitcoin: la caza de Satoshi Nakamoto' @BitcoinComic y como Nodo Coordinador de BlockchainEspana.com @BlockchainES.
Edición por Iñigo Molero @Imolman