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Comparaciones entre España e Islandia nueve años después del inicio de la crisis

En 2008, poco después del estallido de la crisis global, los bancos islandeses quebraron en su práctica totalidad debido a que habían concedido préstamos sin control.

De hecho, el importe global de estos préstamos llegó a estar a un nivel muy superior al PIB islandés. No olvidemos que a Islandia no le quedó otra salida que solicitar la ayuda del FMI.

Producto de esta quiebra bancaria masiva, la economía islandesa sufrió una profunda recesión, cayendo el PIB siete puntos porcentuales en un solo año. Y entró en un círculo vicioso laboral en forma de desempleo.

No obstante, Islandia dejó caer a sus bancos, que fueron nacionalizados. Y, de este modo, libró a los islandeses de tener que asumir el coste de rescatarlos. Arriesgándose así a que su economía sufriera un colapso aún mayor.

Islandia crece al 7,2%

Sin embargo, en 2017 la economía islandesa se ha estabilizado. Tanto es así, que su PIB creció un 7,2% en el año 2016. Y la tasa de empleo ha alcanzado un nivel parecido al que tenía antes de la crisis.

Consiguientemente, Islandia suprimió el 14 de marzo del presente año los controles de capital decretados hace 9 años, que limitaban el libre movimiento de capitales por parte de empresas, particulares y fondos de pensiones. De tal manera, que Islandia ha regresado a los mercados financieros internacionales.

Una micropotencia turística

Esta envidiable recuperación económica se ha conseguido en virtud de la concurrencia de varios factores entre los cuales podemos destacar el relativo a que los bancos pudieron fortalecer sus balances porque los inversores no tuvieron más remedio que asumir las pérdidas.

Además, al devaluar fuertemente la corona islandesa (algo que no pudo hacer España, al estar integrada en la zona euro), los productos y servicios de este pequeño país pudieron ganar un potente plus de competitividad. De este modo, Islandia se ha podido convertir en una micro potencia turística.

Tanto es así, que en la actualidad el negocio del turismo internacional se ha consolidado en Islandia, convirtiéndose en uno de los sectores estrella y, prácticamente, en el motor de su pujante economía.

Salvar el pesebre político

En España, un país en el que nuestra corrupta 'partidocracia' enterró a Montesquieu hace más de tres décadas, la casta política puede llevar a cabo cualquier atrocidad económica, y edulcorar la misma mediante mentiras. Sin tener que responder judicialmente por ello ante los ciudadanos.

El caso del erróneamente denominado "rescate financiero", ya que en realidad se intentó rescatar casi en exclusiva a las extintas cajas de ahorros españolas, es el paradigma de todo ello.

En este sentido, a esta operación planificada con carácter económico financiero, pero cuyo objetivo fue de índole estrictamente político, se le debería haber llamado "rescate de las cajas de ahorros".

Tanto en cuanto, la misma se diseñó para tapar con dinero público los agujeros de las cajas producidos por la gestión negligente de unos políticos y sindicalistas absolutamente corruptos.

Peor aún, se intentó reflotar a las cajas para que las mismas pudieran seguir siendo la fuente de financiación de los partidos políticos, de las familias de los políticos y, en general, de los amigos del poder político.

Sobre todo, en el ámbito autonómico. Tanto en cuanto, las cajas de ahorros dependían en gran medida de poder político de las comunidades autónomas.

La quiebra de las cajas

Recordemos que Miguel Ángel Fernández Ordóñez -el entonces gobernador del Banco de Espña- puso en marcha la política de fusiones de las cajas de ahorros quebradas, al objeto de ocultar tanto el fraude referente a las falsedades contables como la responsabilidad del Banco de España, al haber omitido sus obligaciones de supervisión. Contando para ello con la aquiescencia del Gobierno del PSOE de Zapatero.

Y el Gobierno del PP de Rajoy continuó esta práctica corrupta. Tal como ha continuado todas y cada una de las políticas del citado gobierno socialista.

Sin embargo, no se trata un asunto baladí. Porque la quiebra de las cajas de ahorros significó el origen y, a la vez, el desencadenante de la "particular y diferente" crisis económico financiera que ha asolado a España.

Comparaciones

Las comparaciones no son tan odiosas 9 años después. Todo ello, a pesar que Islandia y España sean países muy diferentes a todos los niveles: en el aspecto político, económico, social, cultural, territorial, etc.

Porque, comprobando cómo Islandia ha salvado su economía sin haber rescatado a sus bancos quebrados, muchos españoles se preguntan qué hubiera ocurrido en nuestro país si, en lugar de rescatar a las cajas quebradas por los políticos y sindicalistas, se hubieran dejado caer las mismas.

Probablemente, España no hubiera perdido la mitad de su sistema financiero ni habría desaparecido el solidario modelo de gestión social que abanderaban las cajas.

Tampoco los españoles se habrían empobrecido de la manera que lo han hecho, debido a que no hubieran tenido que sufragar el coste del citado rescate financiero.

E, incluso, es posible que si todos los políticos y sindicalistas responsables de la quiebra de nuestras cajas hubieran sido juzgados por una justicia rápida e independiente (y, por ende, despolitizada), ni siquiera hubiera nacido el partido comunista Podemos.

En definitiva, España habría salido reforzada de la crisis, al igual que ha salido reforzada Islandia, evidentemente, si los gobiernos de nuestro país no hubieran intentado rescatar a la casta político sindical, que es realmente lo que se ha hecho.

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