Firmas

La extraña carta del Banco de España

Foto: Archivo

El lunes recibí una carta del Banco de España (BdE). Si uno no es banquero no es habitual recibir cartas del BdE, y mucho menos por registro y con acuse de recibo. Lo más sorprendente de todo es que la carta es un comentario a mi último artículo en elEconomista: La regeneración del Banco de España. Huelga decir que no me había pasado nunca, y que tampoco conozco a nadie que le haya pasado.

Creo que los lectores de este diario, y en general, todos los españoles se merecen conocer qué está ocurriendo en el Banco de España, e incluso, como en este caso, cuál es su opinión sobre los artículos que escribimos los diputados. De hecho, en mi artículo señalaba que mi Grupo Parlamentario, Ciudadanos, había solicitado la comparecencia del gobernador del Banco de España. Creo que había, y sigue habiendo sobradas razones para que el gobernador explique, no sólo en algún diario, entre otras cuestiones, el papel del Banco de España en la crisis financiera que hemos padecido, y sobre todo la situación actual de la supervisión financiera. Recordemos que toda la dirección de supervisión ha tenido que dimitir ante la imputación por presuntos delitos, precisamente en el ejercicio de sus responsabilidades.

El director de comunicación del BdE, tras afirmar que ha leído detenidamente mi artículo, considera que algunas opiniones que cito son "anónimas" y de "grueso calibre". Esto se refiere a que algunos inspectores del BdE consideran que los procedimientos eran y son "desastrosos". Evidentemente, como autor, yo me hago responsable de las opiniones que selecciono. Los procedimientos se pueden calificar como desastrosos cuando producen resultados desastrosos. Así, cuando el expresidente socialista Zapatero señalaba que "tenemos el sistema financiero más sólido del mundo", era evidente que no tenía información de la situación real de los bancos, porque aunque estas declaraciones hipotéticamente fuesen simple irresponsabilidad, nadie desde el Banco de España intentó siquiera matizarlas.

Más tarde, el presidente Rajoy señaló que "el rescate de los bancos no costará un euro a los contribuyentes". De nuevo, en este caso también parece que más allá de la falta de prudencia gubernamental, la supervisión financiera no estaba informando adecuadamente. Evidentemente, todo esto ha tenido consecuencias que, esas sí son, "de grueso calibre", de un calibre aproximado de 61.000 millones de euros, que es, según el Tribunal de Cuentas, el coste del rescate de las antiguas cajas de ahorro, que hemos pagado todos los españoles.

A partir de aquí, el director de comunicación del Banco de España dedica cinco páginas a describir los cambios en los procedimientos de supervisión. La explicación resulta bastante confusa, porque se entremezclan los procedimientos propios del Banco de España, que sustancialmente no han cambiado, y que se aplican a las entidades pequeñas y medianas, con el nuevo Mecanismo Único de Supervisión, que se aplica a las grandes. Este mecanismo único de supervisión, impuesto por Europa, sí ha supuesto un cambio. Sin embargo, el BdE afirma que un nuevo procedimiento, en realidad es seguir aplicando el procedimiento que ya estaba aplicando el Banco.

Todo esto no se entiende, o por lo menos yo veo contradicciones evidentes. El problema es que todo esto no debería debatirse conmigo personalmente, o por lo menos no sólo, ni siquiera públicamente en los medios, sino en el Congreso, por un mínimo de exigencia democrática.

En cualquier caso, el BdE concluye considerando que en el artículo yo proponía un sistema a imitación del judicial, que no se aplica en ningún país de Europa. No es correcto, yo lo que proponía ya en septiembre de 2011 era un sistema que se ha aplicado en España con bastante éxito, el de la inspección de seguros. Ahí, al igual que en la inspección de Hacienda, los inspectores firman sus actas y se hacen responsables de las propuestas. La última palabra la tiene, a veces, un alto cargo, pero no es la única palabra, y se garantiza que la información fluya desde quienes tienen conocimiento directo a quienes tienen que tomar las decisiones más graves. Quizás haya sido casualidad, aunque no lo creo, pero mientras se han hundido muchas cajas, y la más grande salió a bolsa con la autorización del Banco de España y la CNMV, en el sector del seguro no ha habido grandes problemas.

Para concluir, lo más sorprendente de todo es que después de dedicar cinco páginas a comentar los procedimientos, y tras haber leído detenidamente mi artículo, el BdE no diga nada sobre todo lo demás: la gestión de Mafo, la responsabilidades de los viejos partidos, PP, PSOE , IU y nacionalistas, en la gestión de las cajas, el mantenimiento en la dirección de supervisión de los mismos responsables que autorizaron la salida a bolsa de un "banco quebrado y cuyas cuentas no reflejaban la realidad", la necesidad de que el gobernador comparezca en el Congreso, y que una comisión de investigación es imprescindible. El Banco ni siquiera tiene comentarios sobreque "hay también una responsabilidad en la deficiente supervisión del sistema financiero".

Desconozco si el BdE no rebate nada de esto porque está de acuerdo, porque no tiene argumentos aunque no lo esté, o por otras razones que se me escapan. En fin, en días extraños donde la dirección del BdE recoge firmas a favor de imputados, la Comisión Ejecutiva reclama comprensión, y algunos recibimos cartas sorprendentes: cartas extrañas en días extraños.

WhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinLinkedinBeloudBeloudBluesky