
El Ministerio de Energía prepara un cambio legal para permitir que las eléctricas tengan un plazo de dos años para decidir sobre el futuro de las centrales nucleares. Energía busca un pacto con el PSOE para intervenir en el cierre de plantas nucleares.
El Consejo de Seguridad Nuclear envió en febrero al Ministerio varias propuestas de modificación de las actuales órdenes ministeriales para incorporar una nueva sistemática de realización de las revisiones periódicas de seguridad. En esta iniciativa, el organismo considera necesario adaptar los plazos relativos a la solicitud de renovación de la autorización de forma que se reduzca la antelación con la que pueden efectuarse.
Con la aprobación de este cambio, el Gobierno se dará tiempo para decidir con calma el futuro mix energético a 2030 y 2050 y se quita de encima la espada de Damocles que suponía que Endesa, Iberdrola y Gas Natural tuviesen que adoptar una decisión sobre la central nuclear de Almaraz el próximo 8 de junio.
Pese a este respiro, que quita presión a todo el proceso de tramitación de la Ley de Cambio climático y Transición Energética, las eléctricas mantienen sus dudas sobre la viabilidad económica de las mismas, ya que con la nueva convocatoria de otra subasta de renovables el precio del mercado mayorista vuelve a situarse a la baja, lo que empeora su situación económica.
Además, las compañías también mantienen dudas sobre el apoyo parlamentario a esta tecnología con lo que podrán esperar a conocer la decisión política que se tiene que presentar a principios de 2018 a la Comisión, antes de decidir.
Con este movimiento, Iberdrola logra que el Gobierno acepte la petición que realizó por carta como propietario de la central de Cofrentes -que le toca iniciar el proceso de renovación en 2018- para solicitar que se ampliara el plazo para tomar una decisión.
El Gobierno, no obstante, da también parte de razón a Endesa al obligar a las compañías a que presenten toda la documentación técnica necesaria al Consejo de Seguridad Nuclear para que este organismo pueda tener el plazo necesario para estudiar la situación de cada central y las necesidades de inversión en las mismas antes de otorgar una nueva licencia de funcionamiento.
La medida, según explican fuentes conocedoras, no supondrá la petición oficial de renovación del permiso lo que permite que Endesa e Iberdrola tengan tiempo para resolver sus diferencias.
En estos momentos, la mayor parte de las centrales eléctricas están bajo el paraguas de las Agrupaciones de Interés Económico, lo que significa que todas las decisiones deben tomarse por unanimidad.
La batalla postal
Endesa envío al consejo de la Asociación Nuclear Ascó-Vandellós (Anav) una propuesta de carta fechada el pasado 27 de abril -justo el día después del consejo en el que no se logró ningun acuerdo sobre la central de Garoña- en la que planteaba que se solicitase el aplazamiento de los permisos de la renovación de la licencia de la central, tal y como pedía Iberdrola, pero con una redacción distinta con importantes matices.
Iberdrola rechazó la propuesta presentada al considerar que, en la práctica, suponía iniciar la tramitación del expediente de renovación de licencia de la central de Vandellós II. Los abogados de Iberdrola valoraron que del modo en el que está redactada la propuesta les dejaría sin opciones, ya que al tratarse de una agrupación de interés económico las medidas deben adoptarse de forma unánime y con la propuesta de Endesa se arrancaba el proceso sin que después Iberdrola pudiese plantear el desistimiento de la misma.
Con esta medida salomónica del Gobierno, las eléctricas ganan tiempo para unificar su posición y poder adoptar una decisión con todos los elementos de juicio.
La Agrupación de Interés económico pedía además en la carta al Ministerio que tomase una decisión antes del 26 de julio, fecha en la que actualmente expira el plazo para realizar la petición de Vandellós, pero como se ha podido observar el plazo era mucho menor.
El 24 de abril se celebró el consjo de Anav en el que, tal y como adelantó elEconomista, Endesa rechazó aceptar la petición de Iberdrola de pedir una ampliación del tiempo necesario para iniciar el expediente de renovación de licencia. Previamente, el 10 de abril, en el consejo de Central Nuclear Almaraz Trillo (CNAT) se llegó a la misma consideración. Resulta esta batalla, ahora tendrán que decidir el futuro de Garoña.
El as en la manga de las eléctricas
Las eléctricas, no obstante, tienen un as en la manga para pedir los papeles de renovación de las centrales nucleares por motivos económicos siempre que estén desligados de causas de seguridad. Desde el cambio que se aprobó para Garoña, existe una vía que permite pedir la reapertura de una central si en su día se cerró por motivos económicos y no de seguridad.
El Gobierno ha rechazado rebajar los impuestos para las centrales nucleares, ya que los ingresos sirven para evitar el déficit.