
En los últimos años, hemos asistido a un cambio notable en la forma de plantearse la innovación. De ser considerada una competencia exclusiva del departamento de I+D de una empresa o un proceso reservado solo para las grandes organizaciones, ha pasado a adquirir una dimensión global y ser una valiosa herramienta para todas las compañías, independientemente de su tamaño o del sector al que pertenezcan. Y lo cierto es que, hoy en día, la innovación se entiende como la clave para que cualquier empresa sobreviva.
Precisamente con este punto de partida, arrancó el pasado jueves el observatorio sobre innovación abierta organizado por elEconomista y moderado por Javier Calvo, responsable de la sección Pymes y Emprendedores de elEconomista.es. Dicho encuentro contó con la presencia de representantes de primer nivel del sector bancario y del mundo emprendedor, como David Conde, consejero delegado de Senseitrade; Óscar Anzola, director de WayApp; Javier Romero, consejero delegado de Tokapp; Carina Szpilka, fundadora de Kfund; así como Eduardo Aldao, director de innovación de Abanca.
La colaboración entre el sector fintech y el bancario fue uno de los grandes ejes en torno a los cuales se articuló el observatorio; un vínculo estratégico que defendió Aldao durante su intervención: "Es fundamental que los bancos y las fintech colaboren y, de hecho, ambos son cada vez más conscientes de que no son enemigos. Las fintech tienen mucha agilidad y perciben las cosas incluso antes que los bancos, mientras que las entidades financieras podemos aportar nuestra experiencia de negocio. Por ello, si somos capaces de que ambos agentes colaboren, estaremos en el ecosistema ideal".
Asimismo, Carina Szpilka, fundadora del fondo Kfund Venture Capital, consejera independiente de Abanca y presidenta de la Asociación Española de la Economía Digital (Adigital), hizo hincapié en que "la cooperación con startups es clave para que el talento de una organización crezca".
En este sentido, los asistentes coincidieron en que las startups de este sector tienen un gran inconveniente: la ausencia de clientes y el elevado coste que les supone conseguirlos o "quitárselos" a la banca. Así, David Conde -dirige la startup gallega Senseitrade, que interpreta las cotizaciones a través de las redes sociales- reconoció que "esta colaboración permite a las fintech llegar a más clientes y nutrirse de la solvencia que tienen los bancos". En definitiva, se trata de lograr una relación win-win, en la que ambas partes unan fuerzas y sumen juntos.
Al hilo de lo anterior, Conde añadió que "los bancos son entidades grandes, por lo que, al final, lo más difícil es moverlas, pero la parte buena compensa con creces esa burocracia que se tiene que pasar. En el caso de Abanca, su programa de aceleración es una gran oportunidad, ya que tiene lugar en su propia sede y tienes la oportunidad de relacionarte con el equipo de la empresa".
En el caso de TokApp -una plataforma cuyo objetivo es mejorar la comunicación de entidades, empresas y centros educativos-, su consejero delegado, Javier Romero, indicó que "aunque el banco sea una estructura grande, nos fue fácil tratar con ellos y su respuesta fue rápida. Antes de acudir a Abanca a buscar financiación, hablamos con fondos de venture capital y fue más complicado e, incluso, en algunos casos sentimos que nos querían absorber".
Por su parte, Óscar Anzola, director de WayApp -una herramienta de marketing móvil-, admitió que "nuestra relación con la banca es un ejemplo claro de open innovation (innovación abierta). Así, las tres claves que se deben dar son: en primer lugar, capital; en segundo lugar, conocimiento; y en tercer lugar, clientes. Para una startup, conseguir un cliente es muy costoso, por lo que asociarte con la banca puede ayudarte en este sentido, pero la relación debe ser siempre de win-win".
Involucrar a toda la empresa
Precisamente este espíritu es el que mueve a Abanca en su relación con otras startups. Como Aldao señaló, "con ellas somos más un asesor que un auditor, pues vemos qué hacen las fintech y en qué podemos ayudarlas para que tomen la vía adecuada. De eso se trata nuestra cooperación".
En relación con lo anterior, todos los asistentes coincidieron en el interesante caso de renovación de la entidad gallega. Fue el caso de Szpilka, quien reveló que "Abanca está haciendo su transformación digital muy bien y rápido. Es un ejemplo de transformación efectiva que está involucrando a toda la organización, predicando además desde arriba, algo muy relevante. De hecho, éste es uno de los temas estratégicos que más discute su equipo de dirección".
El director de innovación de Abanca se unió a las palabras de Szpilka: "Tanto nuestra dirección como nuestro presidente apuestan firmemente por la innovación y eso es clave. Sin eso, no hay nada qué hacer. Asimismo, es muy importante que toda la organización se involucre en este cambio, y con programas como el de intraemprendimiento, hemos logrado que todo el mundo participe".
También Conde se refirió a esta transformación de la empresa: "Abanca está apostando por una renovación digital y tiene una de las mejores apps móviles del mercado bancario". De hecho, en 2017, su aplicación fue la mejor valorada por los usuarios de apps bancarias para smartphones. Y es que desde hace más de 11 años, sus clientes pueden retirar dinero de los cajeros de la entidad sin necesidad de usar la tarjeta gracias al servicio Abanca Cash, y pueden usar el pago instantáneo de móvil a móvil desde el año 2016 con Abanca Pay.
El fenómeno conocido como intraemprendimiento -es decir, llevar a cabo proyectos de emprendimiento en el interior de una organización- fue otro de los temas en torno al cual transcurrió el observatorio. "Para que esto triunfe dentro de una compañía, tienes que sacar a la gente de su contexto, de su rutina de trabajo del día a día, ya que, de lo contrario, es muy difícil que cambien", aclaró el director de innovación de Abanca, quien añadió que "en los programas de intraemprendimiento, los expertos de un tema cooperan con otros. Así, aceleramos ideas y, al mismo tiempo, aceleramos emprendedores internos".
Con respecto a en qué nivel se encuentra este fenómeno en nuestro país, Aldao apuntó que "el intraemprendimiento en España está un poco olvidado, pero las empresas ya se están dando cuenta de que las ideas internas son muy buenas porque los trabajadores son los que tienen contacto con los clientes y saben mejor que nadie lo que quieren".
El director de WayApp coincidió con Aldao en la anterior idea y recalcó que "adoptar una cultura innovadora no es lo habitual en las empresas. Lamentablemente, la historia dirá en unos años que esas compañías estaban equivocadas".
Acelerar ideas internas
No obstante, promover la innovación no es solo responsabilidad de la alta dirección, sino que también los propios trabajadores tienen mucho que aportar en esta materia. Como reconoció Aldao, "en estos tiempos modernos en los que vivimos, tienes que ser un poco emprendedor, porque si no te involucras en lo que haces, tu trabajo acabará siendo algo mediocre o, incluso, puede llegar a fracasar". Por ello, Anzola añadió que "es fundamental que la empresa contrate a personas motivables. De nada sirve que adoptes una estrategia o cultura de innovación abierta si no eres capaz de incorporar a trabajadores abiertos a esa estimulación".
También Szpilka se refirió a esta cuestión durante una de sus intervenciones: "Todos tenemos que tener la capacidad de generar nuestro propio trabajo y poder trabajar desde cualquier lugar y ante cualquier circunstancia".
Innovar fijándose en el cliente
De lo que no hubo duda alguna durante la celebración del observatorio es que innovar ya no es una elección para las organizaciones, ni tampoco una decisión tomada en función del comportamiento de la competencia. El consejero delegado de Tokapp se manifestó así al respecto: "No hay que esperar a que salga la competencia para innovar. De hecho, todas las implantaciones que hacemos en nuestra plataforma se ponen en marcha a raíz de peticiones de nuestros clientes y no porque otras empresas lo estén haciendo con anterioridad".
En el caso de las fases iniciales de las startups, la aparición de esa competencia es señal de que un proyecto es viable, según admite Anzola, quien puntualiza que "si lanzas una startup y no te surgen competidores en un breve periodo, debes preocuparte. La aparición de competencia es la validación de tu proyecto".
No obstante, todos los asistentes coincidieron en que la innovación conlleva múltiples dificultades, sobre todo si las empresas la evalúan basándose en parámetros tradicionales: "Las grandes organizaciones piden innovación, pero luego la miden con variables de toda la vida y eso es una incongruencia", señaló Szpilka, quien añadió que "la innovación muere antes de arrancar en muchas empresas porque se exige un business plan y que ese proyecto te dé ciertas cosas en un año, pero si se hace eso, no se permite que la innovación ocurra".
Asimismo, es muy importante también, como indicó la fundadora de Kfund, que "las corporaciones revisen la manera en la que comprueban el resultado de la innovación y la forma en la que incentivan a los equipos para que innoven".
En definitiva, resulta fundamental que las grandes empresas incorporen la innovación y, sobre todo, la normalicen, ya que, de lo contrario, pueden correr el riesgo de quedarse al margen de la revolución digital.