
Humorista casposo, rey del cine cutre y personaje instalado en el chiste fácil son algunas de las lindezas que recibe, casi a diario, Santiago Segura por parte de la crítica.
Pocos le perdonan que haya logrado superar en taquilla a los conocidos como la triple A: Almodóvar, Amenábar y Aranoa. Pero lo cierto es que ha sido el único en llenar todas las salas con su trilogía de Torrente y de los pocos que hacer ganar dinero a productores, exhibidores de cine y distribuidores sin costarle demasiado dinero al erario público. Está más de moda que nunca, y por eso protagoniza el musical Los productores, tiene la película La máquina de bailar en cartelera e Isi/Disi 2, Alto Voltaje, está a punto de estrenarse. Santiago Segura, le pese a quien le pese, está de moda y su don de ubicuidad ha hecho de 2006 el mejor año de este cineasta.
Es actor, director, guionista de numerosas películas y dueño de una potente productora. Despojado de corbata y de peinado con raya, sin traje de ejecutivo, siempre de negro y haciendo gala de su desaliño, es todo un hombre de negocios.
La reinversión de su fama
Santiago Segura se baja todos los días del escenario del teatro Coliseum en el que protagoniza Los Productores para atender al resto de sus empresas. Ese niño grande que aparenta ser Segura sobrepasa ya la cuarentena y hace una década decidió no malgastar ni un segundo de su tiempo ni un céntimo de su dinero. Desde que comenzó a hacerse popular, empezó a canalizar todo lo que obtiene con su profesión a través de varias sociedades financieras, unas dedicadas a la producción y servicios relacionados con el mundo cinematográfico, y otras a la actividad inmobiliaria.
Aunque aparenta vivir desinteresado por lo cotidiano, Segura tiene en su mente una eficaz calculadora. En varias ocasiones, el actor madrileño ha comentado que su objetivo es producir íntegramente todas sus películas asumiendo así tanto el riesgo de arruinarse como el de forrarse si las cosas salen bien. "Quiero hacer buenas producciones y si mi único deseo fuera hacerme millonario, compraría terrenos para recalificarlos", ha afirmado en alguna ocasión.
Dice que prefiere hacer una o dos películas por año que saturar el mercado o hacer cosas de mala calidad, aunque este año Santiago Segura no ha cumplido con lo dicho. Siempre dispuesto a afrontar nuevos retos, no pudo resistirse a la idea de actuar en uno de los musicales más laureados de Broadway junto a José Mota (del dúo Cruz y raya). Desde que Los Productores se estrenara hace algo más de un mes, está arrasando y, si sigue los antecedentes del musical original de Mel Brooks, podría convertirse en uno de los que más tiempo se ha mantenido en escena.
El ensayo más duro de Segura
Dice Segura que nunca antes había trabajado tanto en su vida. Ha estado más de un año preparándose para interpretar su papel, en el que no sólo actúa sino que, evidentemente, también canta. Por si fuera poco , dentro de poco deberá de comenzar con la promoción de la segunda parte de Isi/Disi, una producción que ha contado con un presupuesto de 5,4 millones de euros y en la que se han vertido grandes expectativas, a juzgar por lo que pasó con la primera parte: Isi/Disi 1, Amor a lo Bestia se hizo con 3,6 millones y el tiempo que duró expuesta logró recaudar más de 7,2 millones. Fue todo un taquillazo y la película española más vista en 2004, sólo por detrás de la también exitosa Mar Adentro, de Alejandro Amenábar.
Mientras acumula tantos buenos recuerdos, ya saborea otros presentes. La máquina de Bailar ha tenido buena acogida del público español desde que se estrenara el pasado 29 de septiembre. En el largometraje, una comedia que produce el propio Segura, el actor está acompañado por José Corbacho.
Cómo sacar el mejor partido
La carrera de Santiago Segura comenzó hace más de diez años, cuando juntó unos ahorros y rodó unos cortos, uno de los cuales, Perturbado, logró hacerse con un premio Goya. Antes, había estudiado varios años en la facultad de Bellas Artes de la universidad Complutense de Madrid y realizado pequeñas incursiones en el cine pornográfico escribiendo alguno de sus guiones.
Aunque su cara comenzó a hacerse familiar a través de la televisión, donde llegó a concursar en varios programas de humor como No te rías que es peor o Locos por la tele, su mejor trampolín, fue El Día de la Bestia. Ese rockero pasado de vueltas al que daba vida le debe buena parte de su fama, que alcanzó en España máximas cotas gracias a Torrente, el brazo tonto de la ley. El éxito de la primera parte trajo una segunda, Misión en Marbella, en la que Segura decidió también "hincar el diente", participando en su producción.
No hizo mal. Este largometraje rompió toda previsión, a pesar de que ya eran muy buenas. Se estreno en 2001 y recaudó 22,14 millones de euros. Esta película tan sólo se hizo con un presupuesto de 2,8 millones de euros.
No es de extrañar que, por eso, a Santiago Segura no le importe tener que engordar 20 kilos cada vez que va a interpretar el papel de Torrente. Lo volvió a hacer para la última entrega de esta trilogía, El Protector, en la que se han invertido 5 millones de euros (por supuesto, Segura, con su productora Amiguetes Entertainment, estuvo presente). Y el resultado: ha recaudado más de 18 millones de euros. Las comparaciones son odiosas, pero ayudan a comprender: Volver, de Almodóvar, hizo un acopio de poco más de tres millones de euros y a Torrente sólo parece seguirle los talones Alatriste, que ha recaudado cerca de 14 millones de euros desde que se estrenara a finales de agosto.
También hay fracasos
Probablemente el término freak llegó y se extendió en nuestro país con Santiago Segura. Sus éxitos están asociados a sus personajes excluidos de la sociedad y ácidos, como por ejemplo, el actor porno conocido como Torbe, que ha aparecido como extra en al menos dos de las películas de Torrente y que casualmente ayer fue detenido por utilizar a menores en la grabación de sus cintas.
No obstante, el prototipo de personaje que ha diseñado Santiago Segura no siempre ha funcionado tan bien. Apenas han trascendido algunos de sus descalabros en el mundillo del celuloide, a pesar de que los ha tenido incluso en producciones en las que se había invertido una buena dosis de promoción y publicidad.
Ejemplo de ello es la película Una de zombis, financiada por su productora, Amiguetes Entertainment, que decidió apostar íntegramente por este proyecto al que después se adhirieron Antena 3 y Canal +. Estrenada en 2004, Una de zombis no fue rentable porque recaudó en taquilla 1,25 millones de euros, una cifra tan sólo un poco superior al presupuesto de la película, de 1,2 millones de euros.
Algunas de las coproducciones en las que ha participado Amiguetes Entertainment han corrido con igual suerte. Así es el cine. Ni Santiago Segura, que produce tantas simpatías como repulsión, es garantía de éxito. Promedio rojo, una comedia chilena que Segura produce y en la que también actúa, metiéndose en la piel de un dentista, recaudó en España tan sólo 129 mil euros -costó medio millón de euros-.
Los inicios de su primera empresa
La historia de la primera empresa de Santiago Segura comienza en 1994, cuando funda esta productora. Desde entonces, Amiguetes Entertainment ha mediado, con otros colaboradores, en varios largometrajes y cortos. El sello Segura siempre, o casi siempre, ha estado presente en estas películas a través, al menos, de una pequeña aparición del actor. Y muestra de que esta empresa funciona es que está detrás de la segunda y tercera parte de Torrente y de tres cortos, uno de los cuales, Perturbado, fue galardonado con un Goya en 1995 al mejor cortometraje.
La incursión del cineasta en la música tampoco tardó en llegar y junto a otros conocidas personas del espectáculo como Pablo Carbonell o el Gran Wiomyng, fundó la discográfica 18 Chulos Récord que, como dicen sus mentores, nació, con la firme voluntad de lanzar y apoyar a todos los artistas que realmente tengan potencial.