
La industria de la defensa representada en TEDAE (Asociación Española de Tecnologías de Defensa, Aeronáutica y Espacio) reclama la puesta en marcha de un plan nacional de apoyo y fomento de la I+D+i (investigación, desarrollo e innovación) para evitar perder el liderazgo tecnológico, ya que es la ventaja competitiva más segura en el mercado internacional. La solicitud llega tras producirse una ligera caída en el total invertido en innovación.
El sector facturó un total de 10.700 millones de euros en 2016, cifra que supone un 10,2% más que en el ejercicio anterior, pero sin embargo, destinó menos dinero a la innovación. Concretamente, la industria de armamento reinvirtió en 2015 en I+D en torno a 970 millones de euros, el 10% del total de sus ingresos (9.700 millones). Tan sólo un año después, el porcentaje que dedicó a la innovación se rebajó un 9 %, a pesar de que la facturación fue mayor. Aunque la cuantía destinada mermó, la inversión que realiza este sector en investigación sigue siendo muy potente, ya que supone el 7,5% del global nacional.
La industria de armamento destaca también por la calidad de su empleo, magnitud en la que siguió creciendo en 2016. El sector cerró el año con 55.861 trabajadores, un 2,6% más que en el ejercicio anterior. En los últimos diez años, el número de empleados ha crecido en unas 17.000 personas.
Por sectores
Dentro de la industria española de la defensa destacan tres sectores: el aeronáutico, el de la defensa y seguridad y el del espacio. El primero de ellos facturó 8.500 millones en 2016, un 8,9% más que en el año anterior (la cifra incluye los datos de la aeronáutica civil). El número de empleados alcanzó las 42.400 personas (273 más que en 2015) y se invirtió en I+D el 9,9% de lo facturado, 1,1 décima menos que en el ejercicio anterior.
Defensa y seguridad ingresó 5.000 millones, frente a los 4.900 de 2015, de los que invirtió el 8,9% en innovación, frente al 8% de 2015, y empleó a 22.300 personas, 1.499 más que un año antes.
Finalmente, espacio obtuvo una facturación de 833.000 euros, frente a los 750.000 del ejercicio anterior. De esa cifra, invirtió el 12% en innovación, mismo porcentaje que en 2015. El número de empleados fue de 3.450 personas, 13 menos que un año antes.
Exportación
En lo que se refiere a la exportación, los sectores de la industria aeronáutica y de la defensa destacan sobre el del espacio, puesto que, en ambos casos, el 81%de su facturación procede de las exportaciones, es decir, 6.925,5 millones en la actividad aeronáutica, y 4.050 millones, en la defensa y seguridad. No obstante, en espacio, la facturación por exportaciones también se mantiene alta, en un 78% -dos puntos porcentuales inferior a la de un año antes-, lo que supone que recauda 649,7 millones de los ingresos totales por esta vía.
Hasta el momento, gran parte de las empresas de la defensa integradas en TEDAE han recurrido en los últimos quince años a los anticipos reintegrables del Ministerio de Industria para dar comienzo a los grandes planes proyectados en los PEAs (Programas Especiales de Armamento) que incluyen aviones, helicópteros, carros de combate o submarinos. Estos anticipos se han ido devolviendo en función de los pagos realizados por Defensa a las industrias una vez entregados los programas, aunque la crisis económica obligó a la Administración a dilatar gradualmente dichos desembolsos hasta 2030.
El presidente de EEUU, Donald Trump, pidió en la cumbre de la OTAN celebrada el pasado 25 de mayo a los países miembro de la Alianza que incrementen el gasto en defensa al 2% de su PIB para 2020. Sin embargo, España, cuyo gasto actual está en torno a los 10.000 millones de euros -el 0,9% de su PIB-ya avanzó que no cumpliría las pretensiones de Trump y mantendría el nivel de inversión de cara a los próximos tres años, en gran parte condicionada por el cumplimiento del déficit. Ahora, la industria de la defensa centra su atención en el Plan de Acción Europeo de la Defensa, propuesto por la Comisión europea en noviembre de 2016, que busca crear un Fondo Europeo de la Defensa para hacer más eficiente el gasto de los Estados miembros en capacidades de defensa conjuntas, reforzar la seguridad y fomentar una base industrial competitiva e innovadora. El sector pide a España que no deje pasar la oportunidad de entrar en el grupo de planificación de dichos fondos, que de cara a 2020 prevé dotar 500 millones para I+D.