
La segunda subasta para adjudicar nueva capacidad renovable y asignar retribución a las instalaciones se celebrará el próximo miércoles 17, cuando se abrirán las ofertas para pujar por 2.000 megavatios (MW) para proyectos nuevos, que pueden ampliarse hasta 3.000 MW, si hay precios competitivos.
Esta es la segunda vez que se subasta potencia eólica desde la moratoria para la concesión de ayudas a nuevas plantas renovables y, con la introducción de estos 3.000 MW en el sistema eléctrico, el Gobierno quiere avanzar en el cumplimiento del objetivo de que en 2020 un 20 % del consumo energético del país proceda de fuentes renovables.
Según los datos del Ministerio de Energía, esos 3.000 MW, a los que se llegaría si en la subasta hay precios competitivos, aumentarían en un 10 % la capacidad renovable en España.
La primera subasta de renovables que se celebró después de la reforma eléctrica que cambió el régimen retributivo de las renovables tuvo lugar el 14 de enero de 2016.
Esa convocatoria puso fin a la moratoria que hizo el Gobierno del PP en enero de 2012, cuando decidió suspender las primas para nuevas instalaciones de energía renovables dentro de las medidas que adoptó para atajar el déficit eléctrico.
En esa ocasión se subastaron 500 MW eólicos y 200 MW de biomasa, y en la puja -en la que se ofertan rebajas sobre un valor estándar de retribución a la inversión-, se alcanzaron descuentos del 100 %, lo que hizo que los adjudicatarios no tuvieran derecho a prima o ayuda, sino sólo a la retribución del mercado.
Tan sólo las plantas de biomasa disfrutaron del pago de una cantidad adicional, 40 euros por megavatio hora (MWh), establecida para estas instalaciones por los gastos de combustible que hacen para operar.
Algunas fuentes del sector ven más difícil que esta vez se pueda llegar a la proporción de descuentos máximos que hubo en la anterior, pues ahora se adjudican muchos más megavatios (hasta 3.000 MW frente a 700 MW en 2016) entre una oferta que será bastante similar.
Los ganadores de la primera subasta, en la que las grandes eléctricas no consiguieron adjudicarse nada, fueron EDP, Energías Eólicas de Aragón, Jorge Energy (una sociedad industrial aragonesa con origen en el sector cárnico) Ence y Forestalia en energía eólica, mientras que en biomasa los megavatios fueron para esas dos últimas compañías.
En esta convocatoria, sin embargo, no hay cupos por tecnologías y éstas competirán juntas, una novedad con la que el Ministerio de Energía pretende que los proyectos que se adjudiquen, que deberán estar en funcionamiento antes de 2020, sean los que tengan un menor coste para el consumidor.
Esa ausencia de cupos ha sido criticada por parte del sector de las renovables, especialmente por los productores de energía solar fotovoltaica, que en la anterior convocatoria no pudieron participar al no asignarse megavatios para esa tecnología y que dudan de que ahora los obtengan, ya que el sistema de desempate que se ha establecido les perjudica con respecto a la eólica.
De hecho, la Unión Española Fotovoltaica (UNEF) recurrió la regulación de la subasta ante el Tribunal Supremo (TS), que ha rechazado la suspensión cautelar de la puja, en la que en caso de que haya un empate en los descuentos ofrecidos, el criterio para adjudicar será el mayor número de horas equivalentes de funcionamiento de la instalación, lo que consideran da ventajas a la eólica.
No obstante, la crítica más generalizada a las subastas es la de que no hay un calendario o planificación de las mismas, lo que dificulta la obtención de financiación para proyectos de inversión que se hacen a largo plazo y que son muy costosos.