
El impuesto a las bebidas azucaradas entra en vigor este lunes 1 de mayo en Cataluña, y repercutirá de modo obligatorio sobre los consumidores.
La medida aprobada por la Generalitat busca penalizar el consumo de productos bebibles cuya composición supera los cinco gramos de azúcar por cada 100 mililitros, en consonancia con las últimas recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud.
Refrescos azucarados, zumos y néctares, batidos o bebidas con sabores de té y café son las afectadas por la normativa.
El incremento de precios puede oscilar hasta el 50%, que se notará especialmente en bebidas de marca blanca de menor valor que los 'originales'.
A la hora de gravar una bebida, la medida tiene en cuenta en qué proporción se presenta el azúcar en su composición. Así, el coste de la misma será de ocho céntimos más por litro si contiene entre cinco y ocho gramos del edulcorante por cada 100 mililitros; y 12 céntimos más por litro si supera los ocho gramos.
Su traducción más inmediata y práctica en la cesta del consumidor se establecerá siguiendo esta relación, de tal modo que una lata de coca-cola, fanta o pepsi será cuatro céntimos más cara a partir del lunes (7% de incremento). En el caso de las botellas de dos litros de refresco de cocacola, pasarán a ser 24 céntimos más caras, con un incremento de casi el 17%. Si esta botella es de marca blanca, el precio se infla un 51%, hasta 24 céntimos más en el refresco de cola de marca Carrefour, por ejemplo.
Zumos o néctares con alta presencia de azúcar, como los tradicionales de botella de litro de Granini sumarán a su precio habitual 18 céntimos, y aguas de sabores como las de Font Vella costarán 10 céntimos.
Según informa El Periódico de Cataluña, las empresas afectadas buscan estrategias para comunicar e informar a sus consumidores sobre esta medida que se está implementando en otros países como Francia y que el propio Gobierno español está considerando.