La revolución robótica sigue su curso y el último ejemplo llega desde una de las principales empresas de mensajería de China. STO Express apostó recientemente por incluir 300 pequeñas máquinas en sus almacenes para distribuir los paquetes y desde la llegada de estos robots, la compañía ha recortado en un 70% su plantilla de trabajadores humanos.
La mecánica es la siguiente: los trabajadores humanos colocan los paquetes de hasta cinco kilos sobre los robots, que los llevan a una báscula para pesarlos y a un escáner que les indica mediante un QR en qué trampilla depositarlos.
Estos pequeños aparatos, de 19 centímetros de altura, son capaces de gestionar 20.000 pedidos por hora, es decir, 200.000 paquetes al día. Se mueven a una velocidad de 11 kilómetros por hora y están perfectamente sincronizados para no chocar entre ellos.
Sus baterías, que se rellenan en hora y media gracias a distintos puntos de carga, le permiten desarrollar un trabajo continúo de ocho horas aunque solo trabajan entre seis y siete horas a partir de las seis de la tarde.
Un portavoz de Hikvision, la empresa china que fabrica los aparatos, detalla que estos robots son más baratos que los trabajadores humanos y más eficientes y precisos en la clasificación de paquetes. "Los empleados hacen en cinco horas un trabajo que los robots hacen en tres", indican desde la compañía, que añaden que "los trabajadores pueden cometer errores al manipular los paquetes además de estresarse y cansarse".
En comparación con el método de clasificación tradicional, estos robots ayudan a la empresa a ahorrar la mitad de sus costes laborales, así como incrementar su eficiencia en un 30%.
Plan quinquenal del Gobierno
Este último caso es una muestra más de cómo la industria china está reemplazando de forma paulatina a parte de sus trabajadores con robots. En este sentido, el Gobierno fijó en su último plan quinquenal un objetivo de producción de 100.000 de estas unidades hacia 2020.
La multinacional Foxconn, más conocida por ser una de las proveedoras de Apple, reemplazó a mediados del año pasado a 60.000 de sus trabajadores chinos por robots en su fábrica de Kunshan (provincia suroriental de Jiangsu). La empresa de aparatos electrónicos redujo de este modo su plantilla de Kunshan de 110.000 a 50.000 empleados.
La sustitución de los humanos por máquinas en la ciudad de Kunshan no es sólo cosa de Foxconn, dado que 600 grandes compañías establecidas en esta localidad, vecina de Shanghái, tienen planes similares.
Un reciente estudio de McKinsey refleja que el 45% de los empleos es susceptible de ser automatizado mediante la adaptación de tecnologías actuales. Con todo, la consultora cree que solo el 5% de los empleos podría "estar totalmente automatizado". Por su parte, el Banco Mundial incrementa este porcentaje en los países de la OCDE por encima del 60%.