
La cerveza vuelve a crecer otra vez como la espuma. Tras la travesía del desierto de la crisis que se inició en 2008 y tras un crecimiento constante en los dos últimos ejercicios, este año se batirán todos los récord de producción y ventas.
"En 2015 el consumo de cerveza creció ya cerca de un 3 por ciento y, de acuerdo con los datos que llevamos acumulados hasta ahora, nuestra previsión apunta a que en 2016 superaremos el 4 por ciento", explica Jacobo Olalla, director general de la patronal Cerveceros de España. Eso significaría que el consumo pasaría de 37,3 millones de hectólitros hasta un total de 38,8 millones, una cifra nunca vista hasta ahora.
Esto ha sido posible por varios factores. Por un lado, la generalización de un clima de mayor confianza en la economía y, por el otro, el incremento del turismo y la recuperación de la hostelería. Según Olalla, "el consumo de cerveza en los bares es un buen termómetro, porque es una de las primeras cosas que cae en situaciones de crisis, pero también la que se recupera antes". A falta del cierre del presente ejercicio, en 2015 el consumo de cerveza en los hogares apenas subió un 0,3 por ciento, pero se incrementó un 6 por ciento en los bares.
El director general de Cerveceros apunta así a que "en 2017 habremos recuperado ya todo el consumo que se perdió durante los años de crisis en la hostelería". Aún así, el peso de los bares ha bajado en la última década. En 2005, el 74 por ciento del consumo de cerveza en España se producía fuera del hogar y en el último año ese porcentaje era del 64 por ciento. Eso sí, dos puntos porcentuales más que en 2013.
El Consejo de Ministros aprobó ayer la nueva norma de calidad de la cerveza, que define el producto como un alimento elaborado a partir de materias primas naturales. Además, se incorporan nuevos conceptos como mosto cervecero y productos consagrados por el uso, pero no definidos hasta este momento, como la clara y bebida de malta. Los bares deberán además especificar las marcas en los grifos de las cañas.