
Cumplir el objetivo de déficit elevando el gasto sanitario es la cuadratura del círculo que pretenden conseguir las seis comunidades autónomas que, hasta la fecha, han aprobado sus proyectos de ley de presupuestos para 2017. En total, estos Gobiernos regionales ya han avanzado una subida del gasto sanitario de 1.296 millones de euros en 2017 respecto a lo presupuestado este año.
Sin conocer todavía el techo de gasto presupuestario ni el marco fiscal para elaborar las cuentas, el Gobierno andaluz fue el primero en aprobar un incremento del 5,5% en el gasto que eleva el presupuesto en Salud hasta los 9.304,7 millones de euros, casi 480 millones de euros más que en 2016. Esta partida sanitaria absorbe así más del 31,5% de los presupuestos regionales. El aumento aplicado casi duplica el registrado en los presupuestos generales de la Comunidad, que subirán en un 2,8% hasta los 29.477,7 millones de euros.
En cualquier caso, el gasto de Andalucía en farmacia hospitalaria, material sanitario o conciertos, entre otros, así como la inversión en equipamiento e infraestructura son los capítulos que más crecen en las cuentas andaluzas presentadas para 2017, con incrementos del 14%y el 30%, respectivamente. El gasto en personal, que se come el 46,8% del total, apunta un incremento de tan solo el 2,74%.
Otras dos regiones que han seguido los pasos de Andalucía al avanzar un gasto expansivo por encima de los límites de los objetivos de estabilidad presupuestaria son Baleares y Navarra. En el caso del Gobierno de Francina Armengol, su presupuesto alcanza los 1.496 millones de euros, techo histórico de esta región. La subida proyectada del gasto sanitario es del 7,6% en relación con 2016, con una reactivación de la inversión en infraestructuras sanitarias de 27 millones de euros.
Por su parte, el Gobierno foral plantea una subida del 5,4% en el gasto sanitario, en el que se ha reservado una partida de 2,9 millones de euros para reducir las listas de espera y otros 600.000 se dedicarán a subvencionar el copago farmacéutico a 242.000 personas con rentas bajas.
Más moderados, aunque también por encima del crecimiento económico previsto del 2,5% en 2017, son los incrementos del gasto recogidos por la Comunidad Valenciana y Canarias. El Ejecutivo de Ximo Puig ha aprobado un alza del gasto sanitario del 3% respecto a las cuentas de este ejercicio, que está en línea con la subida del 2,8% del presupuesto total. En total, la Consejería de Sanidad manejará una partida de 6.084 millones de euros, que representa el 34,3% del total del gasto. En dos años, Valencia ha elevado su partida sanitaria en casi 600 millones de euros, un 10% más que las últimas cuentas presentadas en 2015. Como Navarra, Valencia también asume el copago farmacéutico que corresponde abonar a los pacientes y destinará 47 millones de euros a este fin.
El esfuerzo presupuestario se concentra en el capítulo de transferencias corrientes, que registra un aumento del 13,1% respecto a las cuentas actuales, para sufragar la partida de recetas, después de que el Ejecutivo anterior acumulase continuos retrasos en los pagos de los medicamentos dispensados por las farmacias. El presupuesto de gasto farmacéutico ambulatorio ascenderá así hasta los 1.100 millones de euros. Igualmente, el capítulo de inversiones se incrementa un 11,1%, que permitirá modernizar los equipos tecnológicos e invertir en infraestructuras.
El último Gobierno en aprobar su proyecto de ley de presupuestos ha sido Cataluña. Las cuentas presentadas prevén una subida del gasto en salud de 408,4 millones de euros respecto a las cuentas prorrogadas de 2015 y 2016, que ascenderían a 8.342,1 millones de euros, según el Ejecutivo de Carles Puigdemont, pero que se situaría en 8.466,9 millones, según Sanidad.
Margen de maniobra fiscal
El impacto presupuestario de estas cuentas dependerá del margen de maniobra fiscal que tengan las comunidades autónomas en 2017. De momento, el ministro de Hacienda ya ha avanzado una reducción del techo de gasto de 5.000 millones de euros, teniendo en cuenta el ajuste adicional de 5.500 millones de euros marcado por Bruselas para cumplir el objetivo de déficit del 3,1% en 2017.
Si la senda fiscal autonómica del trienio 2017-2019, que todavía deben acordar el Ejecutivo y las comunidades autónomas, se reduce al 0,3-0,5% el próximo año, las regiones tendrían que hacer frente a recortes por valor de 4.000 ó 2.000 millones de euros para reducir su actual desfase del 0,7% en las cuentas y poder recibir así los remanentes del Fondo de Liquidez Autonómica de este año. Frente a las presiones autonómicas, el Ministerio de Hacienda ya ha aclarado que las regiones no contarán con un fondo de liquidez extra de 7.432 millones de euros como en este ejercicio y que ha permitido elevar el gasto en Sanidad y Educación.
A pesar de estas restricciones, la necesidad de ajustar los presupuestos al gasto sanitario real se hace patente en casi todas las regiones. Eso sí, reducir las listas de espera e invertir en personal sanitario e infraestructuras son objetivos coincidentes de los responsables autonómicos para justificar el aumento del gasto sanitario.