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Eva Herman, la reina alemana del machismo

Eva Herman es presentadora de televisión a pesar de defender que el lugar de las mujeres está en la casa..
El lugar de las mujeres está en casa. Son ellas las que deben proporcionar el calor de hogar, evitar la extinción de la especie humana a través de la procreación y dar a los hombres el respaldo que necesitan.

Durante décadas, las féminas han intentado realizarse profesionalmente, sin entender que en realidad ellas son más débiles y que no hay trabajo para todos. Estas tesis, que muchos creían enterradas, vuelven a debatirse encendidamente en Alemania. La protagonista de la contrarrevolución es Eva Herman, una presentadora de informativos con un pasado familiar agitado.

Das Eva Prinzip, für eine neue Weiblichkeit (El principio de Eva, por una nueva feminidad) es el título que Herman ha dado a sus reflexiones en forma de libro. La obra salió a la venta el 7 de septiembre y desde entonces se ha encaramado en las listas de los más vendidos.

Ella y su editorial se habían encargado de calentar motores a base de entrevistas y artículos. Eva explicó a todo aquel que quisiera oírla que el estrés en la mujer provoca un aumento de las hormonas masculinas y problemas capilares. Que, en el fondo, a todas les invade un sentimiento de frustración y desgana por haber disociado la sexualidad y la reproducción. Que deberían cerrar la boca y preparar tarta de manzana más a menudo.

Eva Herman asegura que si volviera a nacer se casaría muy pronto y criaría feliz a sus cinco churumbeles. La realidad es que, a punto de cumplir los 40, tiene cuatro matrimonios a sus espaldas, un solo hijo y una carrera en televisión que le ha dado la fama suficiente para lanzar el libro.

La rubia amante de los colores pastel llegaba todas las tardes a los cuartos de estar alemanes a través de los informativos de la cadena pública ARD. A finales de agosto abandonó su puesto para poder expresar sus opiniones abiertamente. Quizá los responsables del canal tuvieron algo que ver en la decisión, después de la oleada de protestas orquestada por la abanderada del feminismo alemán, Alice Schwarzer.

Pero la locutora no se volcó en su familia, como era de esperar. Pasó a ser estrella indiscutible de debates televisivos, reportajes de radio y editoriales de la prensa más seria del país, desde Die Zeit a Frankfurter Allgemeine Zeitung. Sus declaraciones llegan en el momento más propicio, cuando todo el país discute sobre la escasa natalidad y la dificultad de conciliar trabajo y familia. El concepto Rabenmutter (madre cuervo) vuelve a estar en boca de todos a la vista de unos estudios que pronostican la extinción de los alemanes en el año 2300. Y el popular diario Bild llegó a publicar una inquisitoria primera plana con las fotografías de mujeres profesionales sin descendencia.

El número de hijos por mujer -cercano a 1,4- es bajo en Alemania, pero similar al de España. Le superan países como Dinamarca, porque "allí donde trabajan más mujeres, vienen más niños al mundo", asegura el ministro alemán de Trabajo y vicecanciller, Franz Müntefering. La clave está en flexibilizar los horarios laborales y ofrecer una red de guarderías más amplia, señala. Y no parece que las alemanas vayan a presentar dimisiones en masa, a la vista de que dos tercios de los encuestados consideran absurdas las teorías de Eva Herman.

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