Empresas y finanzas

Abengoa cambia el plan de rescate y rebaja la nueva liquidez a 800 millones

  • Vincula su superviviencia a una decena de proyectos en México -"el pulmón"- y Chile
  • Recorta las desinversiones a entre 200 y 400 millones y los avales a entre 250 y 400 millones

Abengoa y los asesores de los bancos acreedores y bonistas han redimensionado el plan de reestructuración del grupo andaluz que presentaron el pasado 16 de marzo. La nueva estrategia está focalizada en una decena de proyectos en países como México y Chile -ninguno en España- sobre los que pilotará el futuro de la ingeniería y que servirán de garantías adicionales a la inyección de liquidez que, fundamentalmente, asumirán los fondos de inversión, según informan a elEconomista fuentes conocedoras del proceso.

Las necesidades de dinero nuevo ya son entre 1.500 millones y 1.800 millones de euros, como se estableció en marzo, sino que ahora la horquilla se sitúa de 500 millones a 800 millones. Esta cifra incluye un crédito puente de unos 300 millones que la compañía negocia con un grupo de fondos y que necesita para pagar los pagos corrientes (nóminas, seguridad, comunicaciones...) durante los próximos tres meses.

El nuevo plan, preparado en las últimas tres semanas y que se presentará en los próximos días, contempla una visión a más corto plazo que el anterior. El acuerdo de espera (stand still) que aprobó el juez a finales de marzo concedió a la empresa siete meses -hasta el 28 de octubre- para cerrar un convenio con los acreedores que evite el concurso -suspensión de pagos-. Una prórroga que ha restado presión a las negociaciones, cuando el objetivo inicial era sellar un pacto durante el mes de abril para poner en marcha cuanto antes el plan industrial, focalizado principalmente en ingeniería (EPC).

El reparto de acciones no varía

La ampliación del plazo ha resultado, en cierta medida, contraproducente, porque ha retrasado la ejecución del plan y ha extremado las necesidades de financiación en muchos proyectos que Abengoa ha ido paralizando desde el pasado verano -precisamente por la falta de liquidez para mantener la actividad- y que se hallan al borde del colapso, cuando no lo han hecho ya, como ha ocurrido con las plantas de biomasa de Bélgica y Reino Unido, una central de cogeneración en México o una instalación de tratamiento de agua en Colombia, entre otros. ?Este periodo de gracia novedoso -en España- si se alarga no es beneficioso?, apuntan personas vinculadas al proceso de negociación.

?Cuanto más dura la espera, la cantidad de dinero que se necesita aumenta, y si no llega pronto vamos a tener problemas?, admiten las mismas fuentes. Máxime cuando el concurso acecha a Abengoa en algunos países como Estados Unidos y Brasil, abundan. Esto genera una dificultad adicional, ya que cuando un grupo empresarial enfrenta situaciones concursales en la matriz o en sus filiales queda descartado en muchas licitaciones y, por tanto, no puede desarrollar má vías de negocio.

En el plan inicial, la inyección de fondos, por hasta 1.800 millones, buscaba generar valor para el grupo para facilitar una posible venta en el futuro a un socio industrial. Tras las desinversiones acometidas y la pérdida de proyectos de los últimos meses, ahora, sin embargo, la estrategia pasa por diseñar una empresa de un tamaño mucho más reducido en la que el nuevo dinero, de un volumen igualmente limitado, exige garantías de proyectos inmediatas. Ya no importa tanto el resultado de explotación (ebitda) sino los flujos de caja que generen, explican las fuentes consultadas. Es por esto que la supervivencia de Abengoa se sostiene sobre un puñado de contratos -no más de 10- entre los que destacan cuatro en México, destinado a convertirse en ?el pulmón? de la nueva Abengoa. Ninguno de ellos está en España.

Son proyectos que actuarán como garantías, a los que se inyectará liquidez para culminar su ejecución o desarrollar su operación y que podrán ser vendidos, de forma que los fondos que den el dinero lo recuperarían. Entre los contratos clave, los que más valor tienen, sobresalen las líneas de transmisión en México, especialmente ATN3. En el país azteca también destacan tres plantas de cogeneración, A3T, A4T y Norte 3 y, en Chile, Atacama-1, la primera planta termosolar de América Latina cuyas obras se encuentran suspendidas. Igualmente interesan las instalaciones termosolares que Abengoa tiene en Sudáfrica (Kaxu, Khi y Xina).

La financiación nueva que requerirá el grupo que preside Antonio Fornieles se limita a entre 500 millones y 800 millones, en función de las decisiones finales que se tomen con cada uno de los proyectos. Supone rebajar más de la mitad las cifras iniciales.

No varía, sin embargo, el reparto del capital de la nueva Abengoa. Los fondos -y entidades financieras, en su caso- que aporten el dinero ostentarán el 55 por ciento de las acciones, mientras que el 35 por ciento estará en poder de los tenedores de la deuda antigua -bancos y bonistas-. Los actuales accionistas, entre los que destacan los Benjumea y el resto de familias andaluzas que poseen más del 50 por ciento de los derechos, se quedarán con el 5 por ciento. El 5 por ciento restante corresponderá, como estaba previsto, a las entidades que aporten los avales necesarios, que ya no serán 800 millones, sino que se recortan a una horquilla de entre 250 y 400 millones, de los que una parte pueden ser renovaciones.

También bajan los ingresos por desinversiones. El plan original contemplaba 425 millones este año, una cifra que se sitúa por encima de las expectativas actuales, estimadas en entre 200 y 400 millones. Incluyen la venta del negocio de bioenergía en Europa, por algo más de 100 millones, los activos de agua en China o terrenos y la sede de Sevilla.

WhatsAppFacebookTwitterLinkedinBeloudBluesky