Empresas y finanzas

El diamante de 188 quilates que no debería existir y que apareció bajo el hielo

  • Es tan extraordinario que nadie se atreve a ponerle precio

No es sólo una técnica comercial de las casas de subasta: toda piedra preciosa que sobresalga por alguna característica debe contar con su propio nombre y, a ser posible, éste debería reflejar algo parecido a una personalidad. 'Fuego Fatuo' podría parecer presuntuoso, pero en realidad se queda corto para describir la excepcionalidad de una gema que, según los expertos, no debería existir.

Para comenzar, apareció enterrada en un lugar donde en teoría no hay diamantes de calidad. Tras extraerla en el fondo de un lago, y bajo la capa del hielo subártico, las máquinas de Rio Tinto encargadas de procesar las piedras ni siquiera se fijaron en ella y terminó en la línea de descartes, condenada a acabar como relleno en un vertedero, o pulverizada para hacer pavimento. Y para redondear la casualidad, su forma alargada hizo que se desprendiese de la cinta que la transportaba hacia la destrucción. Y se obró el milagro.

Porque esa fue la oportunidad que la piedra necesitaba para que los operarios de la compañía en la explotación canadiense de Diavik se fijasen en ella, y descubriesen su asombrosa pureza de 187,7 quilates.

"En realidad, es una gran casualidad que la encontrásemos. Es un hallazgo extraordinario, realmente extraordinario", reconoce Alan Davies, consejerio delegado de diamantes y minerales de Rio Tinto.

Fuego Fatuo, o Foxfire en inglés (aunque en realidad el término sólo traduce de forma imperfecta el que usan los nativos americanos para describir la luz que emiten las auroras boreales) es especial precisamente porque no presenta la pureza de color de los diamantes más valiosos, sino el tono amarillo y los reflejos que inspiraron su nombre.

Pese a ello, el mercado es caprichoso y ese tono será precisamente el responsable de limitar su precio en el mercado. Quizá, como le ocurrió a Constellation (un mastodonte del tamaño de una pelota de golf que fue comprado por una compañía de Dubai y que seguramente lo trocee en cinco piedras de menor tamaño), Foxfire termine sus días colgando de varios cuellos, muñecas o dedos simultáneamente.

Una compañía canadiense tiene sus propios planes. Si consiguiese hacerse con Fuego Fatuo, Optimum Diamonds tallaría en este extraño diamante la forma de la hoja de arce, el símbolo nacional en 100 quilates. Al fin y al cabo, como reconoce el consejero delegado de esta empresa, "es una pieza extraordinariamente rara para América del Norte.

La subasta por esta pieza casi extraterrestre ha comenzado ya y se realiza con el sistema de plicas. El 1 de junio sabremos quién se ha hecho con Fuego Fatuo, y qué precio asigna el mercado a las piedras que, como ella, rechazan cualquier categoría.

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