Empresas y finanzas

Australia demanda por información privilegiada a ACS al tomar Leighton

  • Hochtief conocía los resultados y aprovechó para acelerar la compra
  • El Tribunal celebrará la vista el 25 de mayo para sancionar a la empresa
  • Las acciones de Leigthon subieron casi un 5% tras los resultados

El Tribunal Federal de Australia juzgará el próximo 25 de mayo a la filial de ACS, Hochtief, por el uso de información privilegiada en la toma de control de Leighton Holdings, una operación valorada en 1.150 millones de dólares, tal y como indica la Australian Securities & Investment Comission (ASIC).

La ASIC inició el proceso judicial el pasado mes de febrero tras una exhaustiva investigación que finalizó con la confesión de los hechos por parte de la filial alemana.

La constructora, controlada por la española ACS, llegó a un acuerdo con la Comisión del Mercado de Valores del país para reconocer que había utilizado información privilegiada en esta millonaria operación pero ambas mantienen la discrepancia sobre la cantidad de días en los que se operó de forma irregular (4 para Asic y 1 para Hochtief) y en el beneficio obtenido con la misma, un extremo que se espera que se resuelva en los juzgados en los próximos dos meses.

Operación irregular

La operación irregular se produjo en enero de 2014 cuando, según los documentos, Hochtief contaba con dos miembros en el consejo de administración de Leighton Holdings, Peter Sassenfeld y David Robinson. La compañía preparó un procedimiento para crear las llamadas 'murallas chinas' y evitar el cruce de información entre ambos ejecutivos y otros responsables de Hochtief, así como su bróker JP Morgan pero los sistemas no funcionaron.

David Robinson mandó un correo a Peter Sassenfeld ( director financiero de Hochtief) el 20 de noviembre de 2013 con un plan para comprar 4,8 millones de acciones de Leigthon en enero.

Hochtief comenzó a comprar títulos de Leighton el 20 de enero y tres días después, Robinson, sugirió en un correo del 23 de enero que el periodo para comprar títulos de la empresa se ampliara hasta el 14 de febrero por retrasos en la llegada de los fondos y el bajo volumen de trading.

El ejecutivo incluso tuvo que asegurar al responsable de garantías del grupo en Alemania que "No estaba en posesión de ninguna información sensible en materia de precios", un extremo que la ASIC demostró que no era cierto.

La reunión del consejo de Hochtief Australia aprobó el 27 de enero ampliar el plazo para comprar títulos, lo que se produjo de forma efectiva el 3 de febrero.

En opinión de la CNMV australiana, Hochtief contravino la normativa ya que los dos ejecutivos contaban con información privilegiada de Leigthon.

Según la CNMV australiana, Robinson y Sassenfeld conocían desde el 14 de enero que Leigthon iba a cumplir con el objetivo de beneficio neto después de impuestos tras una reunión del comité de auditoría de la compañía.

La constructora alemana compró 358.165 acciones de Leighton el 28 de enero y 1,27 millones de títulos entre el 29 de enero y el 3 de febrero. Los títulos de Leighton subieron un 4,9% el 20 de febrero tras conocerse los resultados, lo que hubiese encarecido notablemente la operación de ACS.

La CNMV australiana asegura que "si la información hubiese estado al alcance de todos, cualquier persona razonable hubiese podido esperar que tuviera un efecto material en los precios de la cotización ordinaria de Leigthton".

Vista preliminar

El pasado 3 de marzo, la Corte australiana celebró una vista preliminar en la que se acordó fijar una audiencia para el 12 de abril que ha sido retrasada hasta en dos ocasiones.

Se espera que en la vista que se celebrará este próxima semana, la juez dictamine la sanción a imponer a la filial de ACS, al parecer la única compañía extranjera que ha sido acusada de este tipo de prácticas en los últimos años.

La constructora se enfrenta a una multa irrisoria, ya que lo máximo que prevé la regulación australiana es una sanción por un millón de dólares australianos.

ACS sustituyó tras tomar el control a la dirección de Leighton con ejecutivos españoles y le cambió de nombre para rebautazarla como Cimic.

La operación además ha resultado muy provechosa para ACS, que por ejemplo ayer se adjudicó a través de la compañía australiana y, en colaboración con el fabricante de trenes CAF, un contrato de construcción y posterior explotación durante veinte años del primer tramo del tranvía de Canberra, un proyecto estimado en 600 millones de dólares australianos (unos 386 millones de euros) que se adjudicaron el pasado mes de febrero a través de un consorcio.

El grupo que preside Florentino Pérez refuerza con este contrato su actividad en Australia, un mercado estratégico en la política de expansión internacional del grupo, en el que opera a través de su filial Cimic.

ACS premia a David Robinson

ACS aplicó el rodillo en la junta de Cimic, la antigua Leigthon, cuando decidió renovar como consejero a David Robinson, uno de los implicados en el caso de información privilegiada que estudia el Tribunal Federal de Australia.

CGI Glass Lewis, una de las principales agencias de recomendación de voto para los fondos -proxy advisors- incluyo entre sus consejos rechazar la reelección de Robinson pero ACS, que controla más del 70% del capital, respaldó la reelección.

Peter Sassenfeld, también relacionado con el proceso, permanece también en el consejo de la filial australiana junto con Marcelino Fernández Verdes y R. L. Chenu, K. I. Ferguson, T. Gerber, P López Jiménez y J. L. del Valle, así como en el de Hochtief.

La pasada junta de Cimic registró además un fuerte movimiento de queja por los elevados sueldos recibidos por los ejecutivos de la compañía. El proxy ISS calificó de ?excesiva? la remuneración e inconsistente con los estándares del mercado.

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