Retirarse, morir o buscar un caballero blanco. Son las opciones que le quedan a Román Sanahuja en Metrovacesa. El empresario catalán, dueño de Cresa, parece tener la batalla perdida frente a Joaquín Rivero y Juan Bautista Soler, que ayer lanzaron una contraopa sobre la mayor inmobiliaria de España para frenarle.

El presidente de Metrovacesa y su socio valenciano ofrecen 80 euros por acción, frente a los 78,1 euros de Sanahuja. Además, dirigen la propuesta al 26 por ciento del capital, frente al 20 por ciento del dueño de Cresa. Un porcentaje que han calculado milimétricamente, para poder inyectar un sutil veneno a la oferta catalana.
Por ley, Sanahuja sólo tiene tres posibilidades: mantener la misma oferta (que es sinónimo de perder la partida), retirarse, o lanzar otra oferta mejor. Si elige la tercera vía, está obligado a mejorar las condiciones de Rivero. Es decir, deberá ampliar su opa, como mínimo, al 26 por ciento. Como Sanahuja ya controla el 24 por ciento, la suma de estos dos porcentajes supera el 50 por ciento permitido por ley. A partir de este límite, se debe extender la oferta al cien por cien. Por tanto, deberá comprar todo el grupo o retirarse.
Lucha a la desesperada
Consciente del jaque mate de Rivero, Sanahuja intentó el viernes presentar otra oferta ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). A las 8.52 de la mañana, envió al regulador un burofax donde mejoraba el precio hasta 82 euros, aunque mantenía el alcance de su oferta en el 20 por ciento.
Sin embargo, la CNMV tuvo que desestimar la propuesta, porque había recibido antes la contraopa de Rivero y Soler, valorada en 2.117 millones de euros. "La oferta de Sanahuja es un intento a la desesperada", señala una fuente cercana al presidente de Metrovacesa.
De hecho, era la última carta que podía jugar el empresario catalán para evitar caer en las redes de su rival. Perdida esta baza, las otras jugadas que le quedan tienen una lectura más negativa que positiva para sus intereses.
Pocas opciones para la familia catalana
Sobre todo, porque nunca ha querido comprar la mayoría del capital. Desde que lanzó su opa, el pasado 1 de marzo, la familia Sanahuja siempre ha dicho que sólo busca reforzar su participación, no controlar la compañía. Además, ha reiterado su deseo de mantener a Rivero al frente de la inmobiliria. Oferta que el presidente de Metrovacesa nunca ha aceptado.
Ahora, con las nuevas reglas de juego, no conseguirán ninguno de sus objetivos. Si retiran la opa, no reforzarán su posición y, si compran toda la compañía, adquiren el control y, probablemente, deberán excluir al grupo de bolsa. Una posible solución pasaría por encontrar una aliado cotizado que le ayudara a adquirir todo el grupo. Opción donde Colonial se perfila como posible caballero blanco.
Si lanza una opa sobre el cien por cien, lo previsible es que Rivero y Soler vendan y abandonen la inmobiliaria con una suma de dinero que les permitiría levantar otro grupo. Junto a ellos, lo lógico es que vendieran todos los accionistas, gracias a la generosa oferta.
Consciente de los problemas que genera la nueva situación, el dueño de Cresa ha reconocido la posibilidad de retirar su oferta.
Financiación bancaria
Para lanzar la contraopa, Rivero y Soler han utilizado las sociedades Alteco Gestión y Mag Importa. La primera, controlada por el presidente de Metrovacesa, hará frente al 53,386 por ciento de la oferta; y el resto lo cubrirá la sociedad controlada por Soler y su hija María Victoria, consejera de la inmobiliara en representación de su padre.
Además, los empresarios controlan otro 9,5 por ciento (un 4,39 por ciento Rivero y un 5,1 por ciento su socio valenciano). Por tanto, sumarán un 35,5 por ciento si sacan adelante su oferta.
Para hacer frente a la operación, recurrián a financiación bancaria. Las entidades BNP y Royal Bank of Scotland se barajan como principales candidata para ofrecer la financión, que Rivero, previsiblemente, respaldará pignorando sus acciones en Metrovacesa, es decir, poniéndolas como garantía.