
El sector de las clínicas dentales se ha visto sacudido estos días por un caso de fraude masivo en una de las franquicias que han inundado este negocio en los últimos años. Para el presidente de los dentistas españoles, el médico murciano Óscar Castro, este caso es un claro síntoma de la situación actual de la Odontología en nuestro país.
¿Qué opinión le merece el escándalo de Funnydent?
Este caso demuestra que cuando un empresario sin vinculación con el sector invierte en él, lo que está buscando es lograr la mayor rentabilidad económica posible en el menor plazo de tiempo y, desde esa perspectiva, los pacientes pasan a ser clientes. Esto va en contra de todos los principios éticos y deontológicos de nuestra profesión.
¿Y qué se puede hacer para evitar este tipo de fraude?
Creemos que es necesario la regulación de la publicidad de estos centros, que se ha traducido en una guerra de precios sin control. También hemos solicitado que se cumpla la Ley de Sociedades Profesionales, según la cual, como mínimo, la mayoría del capital y de los derechos de voto, o la mayoría del patrimonio social y del número de socios en las sociedades no capitalistas, habrán de pertenecer a socios profesionales.
¿En otros países pasa lo mismo?
No. En Francia está prohibido tener la consulta a pie de calle y que ésta tenga aspecto de comercio. Y aquí hay promociones para regalar un menú en una famosa cadena de hamburguesas con tu primera cita al dentista. Esto no puede seguir ocurriendo.
¿En qué condiciones trabajan los dentistas en estas franquicias?
Hemos llegado a un punto en el que como hay un exceso de mano de obra barata, les pagan como falsos autónomos. También hay contratos por objetivos, en el que el dentista va a porcentaje. Empezaron pagando un 60% de lo cobrado y ahora los márgenes han bajado a un 7%. También hay contratos de 1.000 euros, pongas los implantes que pongas, pero te obligan a poner un mínimo de 50, por ejemplo.
¿Cómo se ha llegado a este punto en la profesión?
Porque sobran dentistas. Ahora mismo somos 34.000 y en 2020 seremos 40.000. En España hay un dentista por cada 1.200 habitantes, cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda uno por cada 3.500. Sobran dos de cada tres dentistas. Además se da la paradoja de que los españoles, junto a turcos y rumanos, son los europeos que menos van al dentista.
¿Ahora es más fácil ser dentista que antes?
Lo que pasa es que en 1986 desapareció la especialidad de Estomatología y apareció la licenciatura de Odontología y desde entonces para ser dentista no hacía falta ser médico. Además, hay 21 facultades de Odontología, lo que supone 1.750 dentistas nuevos cada año.