Durante el año pasado, el precio del crudo se redujo casi a la mitad, siguiendo un tobogán que arrancó en otoño de 2014 y que le ha llevado de cotizar a más de 110 dólares por barril a poco más de 25 dólares en la actualidad.
No pocos auguraban que el desplome del oro negro afectaría severamente a las energías renovables, mucho menos competitivas, pero no ha sido así: los datos de la consultora Bloomberg New Energy Finance revelan que a los inversores no les ha impresionado la situación y que durante el año pasado las energías renovables, sorprendentemente, batieron su propio récord de inversión: captaron 328.900 millones de dólares -unos 301.700 millones de euros al cambio actual-, y eso sin contar la gran hidráulica, que añadiría 43.000 millones de dólares más.
Comparativamente, la inversión fue un 4 por ciento mayor que en 2014 y superior al anterior récord, de 318.000 millones de dólares, alcanzado en 2011. Este impulso lo han dado sobre todo las tecnologías eólicas y fotovoltaicas: entre las dos crecieron un 30 por ciento; la primera conectó a las redes eléctricas 64 GW y la segunda 57 GW, cifras que, sumadas, son aproximadamente la mitad de toda la potencia eléctrica instalada globalmente, incluyendo cualquier tipo de fuente de energía.
La inversión en las demás fuentes verdes también creció, excepto en el caso de los biocarburantes, sustitutivos directos del crudo para la automoción, que bajó un 35 por ciento.
Al explicar los datos, la consultora apunta a que había cuatro factores que remaban en contra del auge inversor en renovables: la reducción de costes de la fotovoltaica -hace falta menos capital para conseguir el mismo resultado-, el tipo de cambio del dólar con las demás monedas, la debilidad de la UE -antes gran motor de su desarrollo-, y, por encima de todos, la reducción del precio del crudo y el gas.
Subastas y competitividad
Sin embargo, el elemento clave, a su juicio, es la competitividad alcanzada por la eólica y la fotovoltaica, en particular gracias al cambio en el sistema de fomento aplicado por los gobiernos: la práctica generalización de los concursos ha conseguido reducir los precios de las instalaciones hasta niveles insospechados.
En España, sin ir más lejos, en la única subasta celebrada hasta la fecha, los participantes han renunciado a cualquier incentivo adicional al precio del mercado eléctrico; y en Marruecos, la semana pasada, se supo que otra subasta ha arrojado unos precios medios para la energía eólica de 27,5 euros por MWh, con un mínimo de 23 euros por MWh, prácticamente la mitad del precio del mercado eléctrico español.
Por lo tanto, no resulta extraño que el 60 por ciento de todo el capital invertido en renovables durante el año 2015 corresponda a instalaciones de gran tamaño -utility scale-, adjudicadas principalmente con con este sistema.
Además, la dimensión de las plantas sigue creciendo, lo que permite aprovechar las economías de escala de unas tecnologías muy intensivas en capital, pero con bajos costes operativos, al no necesitar combustible. Por tecnologías, los mayores proyectos financiados el año pasado fueron el parque eólico de Race Bank, en el Mar del Norte, de Dong Energy, con 2.900 millones de dólares y la planta fotovoltaica de Siver State, de First Solar, con 744 millones de dólares.
El siguiente segmento del mercado en importancia fueron las instalaciones fotovoltaicas en los tejados, junto con otras pequeñas aplicaciones de generación distribuida: aumentaron un 12 por ciento y llegaron a sumar 67.400 millones de dólares. Las tecnologías de almacenamiento a gran escala y redes inteligentes, básicas para la penetración de las tecnologías intermitentes, crecieron un 11 por ciento, hasta rondar los 20.000 millones de dólares.
Por países, China fue el número uno, con una subida del 17 por ciento, seguida de EEUU, con una subida del 8 por ciento.
Standard & Poor?s augura un 'despegue' de 16,5 billones
La agencia de calificación de riesgos Standard & Poor?s cree que la transición energética global despegará tras la Cumbre de París del pasado mes de diciembre. Según sus cálculos, los planes para actuar contra el calentamiento global que presentó la inmensa mayoría de países durante el evento -faltan Corea del Norte, Siria, Libia y poco más- se traducirán en un torrente inversor de 16,5 billones de dólares, gracias a la implementación de políticas climáticas y la velocidad a que se reducen los costes de las energías limpias. Como ejemplo, indica que sólo con los objetivos presentados por China e India para los próximos 15 años se duplicará la capacidad global actual de energía eólica y solar.
La tendencia va a cambiar el tono de la inversión, porque los capitales rechazarán apoyar actividades intensivas en carbono, a causas de las políticas restrictivas, que también terminarán afectando a la demanda. Señala también que todo dependerá del tipo de políticas concretas que apliquen los estados y reclama un precio del CO2 más elevado y más predecible, para esclarecer el horizonte de rentabilidad de las inversiones a largo plazo.