
La ministra de Fomento, Ana Pastor, puso fecha este semana por fin a la inauguración de la nueva línea de alta velocidad entre Valladolid y León: el 29 de septiembre. El anuncio ha sido recibido con la habitual sinfonía de congratulaciones con la que los políticos locales dan la bienvenida a la red de alta velocidad, pero los usuarios lo están teniendo un poco más difícil que los miembros del Gobierno a la hora de viajar en el nuevo corredor.
Porque la operadora pública Renfe seguía sin publicar, a media tarde del jueves, los horarios de una línea que se pone en servicio comercial el miércoles. Y lo que es peor: el apagón comercial no sólo afectaba a los trenes que circulan entre la ciudad del Pisuerga y la del Bernesga, sino que todos los servicios que utilizarán la línea (como por ejemplo entre Madrid y Vitoria, o Madrid y Santander) están fuera del sistema de venta.
@AlvaroVitoria Estos billetes no están a la venta por la puesta en marcha del AVE a León. Saldrán entre hoy y mañana. Disculpas.
? Renfe (@Renfe) septiembre 24, 2015
Tal y como anticipaba la empresa pública, los billetes saldrán a la venta finalmente el viernes, sólo cinco días antes de que se produzca la apertura, y apenas cuatro antes de la inauguración.
Apertura a toda prisa
Claro que la responsabilidad no es únicamente de Renfe. Adif, la otra empresa pública dependiente del Ministerio de Fomento, y que se encarga de administrar la infraestructura ferroviaria, no parece haberle puesto las cosas fáciles a la operadora a la hora de poner en marcha la línea.
El caos es inédito en la red ferroviaria europea (en Francia es habitual fijar la fecha de puesta en servicio incluso con un año de antelación), podría ensombrecer la apertura de esta flamante infraestructura, que según confirman a elEconomista.es fuentes técnicas tanto de Renfe como de Adif, se ha precipitado por motivos electorales.
Las prisas también harán que esta línea funcione durante varios meses sin el sistema ERTMS, que dota de la máxima seguridad a las líneas de alta velocidad, y que podría haber evitado el accidente ferroviario de Santiago de Compostela, en el que fallecieron cerca de 80 personas.
La línea de alta velocidad Valladolid-Palencia-León tiene 162 km de longitud y su recorrido atraviesa terreno fundamentalmente llano, cruzando varias veces sobre la línea ferroviaria convencional ya existente. Tiene como peculiaridad que será la primera de su tipo en todo el planeta en contar con vía única en buena parte de su recorrido, en lugar de vía doble, para ahorrar costes de construcción y operación.