Empresas y finanzas

Bruselas aprueba la adquisición del negocio energético de Alstom por GE

La Comisión Europea dio ayer su bendición a una de las adquisiciones más significativas dentro del sector energético mundial, al aprobar la compra por 12.400 millones de euros de Alstom por parte de GE, anteriormente conocida como General Electrics.

Sin embargo, para ganar la aprobación del Ejecutivo comunitario, Alstom tendrá que vender a la italiana Ansaldo una parte destacada de su división de turbinas, para evitar que el mercado quede concentrado en la propia GE y Siemens. "Este es un gran paso", dijo la comisaria europea al cargo de Competencia, Margrethe Vestager. Con esta luz verde, la Comisión prueba que "damos la bienvenida a los negocios, pero tienes que estar abierto a la competencia", dijo durante el anuncio.

La comisaria danesa explicó que sus servicios concluyeron que el 95% de la adquisición no planteaba problemas, ya que los dos grupos no se solapan en áreas de negocio como la distribución o las renovables. Sin embargo, enfatizó que es importante que Alstom venda el negocio de las turbinas para garantizar que existe una competencia verdadera, y evitar así que suban los precios finales de la energía para los consumidores. Más aún, subrayó que estos generadores de energía resultan cruciales en la lucha contra el cambio climático, al ser "la tecnología más eficiente, limpia y flexible de generación de energía a partir de combustibles fósiles", para completar a las renovables.

Aunque Vestager reconoció ante los medios que Ansaldo no es un peso pesado en el mercado, la adquisición de los activos de Alstom "le dará una oportunidad para combatir" con GE y Siemens.

Aparte de su portafolio de energía, Alstom también tiene una parte importante de su negocio en el transporte, al incluir productos como el tren francés de Alta Velocidad TGV. Sin embargo, esta parte fue excluida del acuerdo.

El Gobierno francés había indicado la pasada primavera que vigilaría la operación de la adquisición, al manifestar que cuidaría de sus empresas estratégicas. Vestager reconoció ayer que no sabía si se perderían empleos en Francia: "Lo que es importante para nosotros es que la tecnología europea sigue adelante para permitir la innovación".

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