
El tráfico aéreo, como otros indicadores económicos, da síntomas de recuperación. Según los datos de Aena, el número de pasajeros creció un 5,7% interanual entre enero y mayo, pero la recuperación no está llegando igual a todos los aeropuertos y la mayoría de los aeródromos aún siguen lejos de los niveles registrados en los años previos a la crisis. En general, el tráfico ha bajado un 8,8% desde el año 2008, a pesar de que ahora hay cuatro instalaciones más que hace siete años.
Entre los que sí registran buenos datos están la mayoría de los grandes aeropuertos, con dos excepciones: Barajas y Son Sant Joan. El aeropuerto madrileño ha perdido un 17% de su tráfico desde los máximos previos a la crisis, mientras que el de Palma de Mallorca ha registrado una caída del 8,5%. Por el contrario, El Prat, Málaga, Gran Canaria y Tenerife Sur han conseguido mejorar sus cifras.
También han mejorado sus cifras de antes de la crisis los aeropuertos de Lanzarote, Fuerteventura, Ibiza, Santiago de Compostela y Cuatro Vientos.
14 aeropuertos pierden la mitad
El peor dato lo registra el aeropuerto de Albacete, que ha perdido un 93% de sus viajeros desde el año 2008.
Por su parte, las mayores caídas las registran Vitoria (-86,5%) y Pamplona, León y Girona, con pérdidas de pasajeros superiores al 70%. Los aeropuertos de Logroño y Córdoba también tienen descensos cercanos al 60%. Entre los que han perdido más de la mitad de sus pasajeros están otros siete: Murcia-San Javier, Granada, Jerez, Vigo, Reus, Valladolid y Badajoz.
Ocho siguen sin llegar a 100 pasajeros diarios
A pesar de la mejoría del tráfico en lo que va de 2015, ocho aeropuertos peninsulares que siguen sin llegar al mínimo que recomiendan los expertos (100 pasajeros- un vuelo- diario). Es el caso del de Huesca-Pirineos, que ha completado su temporada alta del año, el invierno, con 38 pasajeros, un 80,7% menos que entre enero y mayo del año anterior. Es decir, hubo aproximadamente un usuario cada cuatro días en el aeropuerto de Huesca entre enero y mayo.
Con unos datos un poco mejores, pero insuficientes para ser rentable, está el de Albacete, que registró 478 pasajeros en los cinco primeros meses del año. El tráfico descendió un 3,4%, hasta bajar a unos tres pasajeros diarios.
Pese a la mejoría (+21% en el año), el de Vitoria se sitúa al borde de los 4.000 usuarios en los primeros cinco meses del año. No obstante, hay que destacar que el punto fuerte del aeropuerto alavés es el tráfico de carga, donde es el cuarto mayor aeropuerto de
España. Lo mismo ocurre con el de Córdoba, donde, pese a su escaso tráfico (2.826 pasajeros en cinco meses), sigue manteniendo su principal función: ser el centro de transplantes de España.
Con menos de 6.000 pasajeros, unos 40 diarios, y sin estas salvedades se sitúan dos aeropuertos muy cercanos, el de Burgos y el de Logroño. El de Salamanca, a pesar de casi duplicar su tráfico respecto al año pasado, tampoco alcanza la cifra mínima que los expertos creen que justifica la existencia de un aeropuerto. Entre enero y mayo registró 11.576 pasajeros.
En una situación similar se encuentran también otros dos aeropuertos peninsulares, el de Badajoz (13.105 pasajeros hasta mayo) y el de León (12.929 viajeros en los cinco primeros meses del año).