
El Producto Interior Bruto (PIB) español creció el 0,7% en el último trimestre de 2014, elevando hasta el 1,4% el avance en el conjunto del año. Aunque el consumo privado fue uno de los grandes motores de la recuperación, hay otro protagonista más oculto: el Estado, que empujó sus gastos, sobre todo a través de la inversión, para elevar el PIB. Y es que la administración se está esforzando por mostrar los mejores datos económicos posibles de cara a las próximas elecciones locales y autonómicas, que tendrán lugar el 25 de mayo. Antes, serán las andaluzas, el 22 de marzo.
Aunque, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), el gasto de las administraciones públicas bajó un 1% trimestral y un 0,5% anual, la mejoría de la inversión (+5,1% anual) tuvo detrás a las AAPP, priorizando las políticas de gasto sobre el objetivo de déficit. De hecho, aunque no se conocen los datos definitivos, se da por hecho que buena parte de las comunidades autónomas se saltó el objetivo de déficit y el Estado lo cumplirá gracias a la buena marcha de los ingresos y al ahorro en intereses de la deuda por el respiro de la prima de riesgo.
Según el INE, la construcción aumentó un 2,4% trimestral, empujada no por la inversión residencial como en los años del boom inmobiliario, sino por la obra pública, que avanzó un 2,2%.
Esto también se nota en otra estadística: la licitación de obra pública. En 2014, las administraciones públicas licitaron 13.111 millones de euros, lo que supone un incremento del 42,9% respecto al ejercicio anterior. El aumento ha afectado a todas las administraciones: central, local y autonómica y, de hecho, la licitación de obra pública alcanzó su máximo nivel desde el ejercicio 2011, año en el que también hubo elecciones locales y generales.
Más contrataciones públicas mejoran el paro
Pero el maquillaje no se queda aquí. También los datos de paro registrado han sido mejorados artificialmente en los últimos meses. Según los datos del Ministerio de Empleo, el número de desempleados se situó en 4,525 millones de personas, lo que supone una rebaja de 388.000 respecto a un año antes.
A pesar de ello, no toda la rebaja se debió a la mejoría del mercado laboral, ya que una parte se debe al aumento de los llamados Denos, que agrupan a miles de personas en alguna de estas situaciones.
Entre ellos se encuentran los demandantes que solicitan un empleo para un período inferior a tres meses, las personas que buscan un trabajo con una jornada inferior a veinte horas semanales, las que cursan estudios de enseñanza oficial reglada siempre que sean menores de 25 años o que, superando esta edad, sean demandantes de primer empleo.
Figuran también entre ellos, las personas que asisten a cursos de formación profesional ocupacional, cuando sus horas lectivas superen veinte a la semana, tengan un beca y sean demandantes de primer empleo, los beneficiarios de prestaciones por desempleo que realizan un trabajo a tiempo parcial, los demandantes que perciben el subsidio agrario, las personas que rechazan acciones de inserción laboral adecuadas a sus características, los ciudadanos sin disponibilidad inmediata para incorporarse a un puesto de trabajo o que solicitan un empleo en el extranjero, los demandantes de servicios previos al empleo, es decir, de quienes necesitan realizar un curso para trabajar en otro sector y los trabajadores en situación de suspensión o reducción de jornada como consecuencia de un Expediente de Regulación de Empleo.
Este colectivo restó en enero a 310.234 personas del paro registrado de enero, lo que supone la mayor cifra desde el mes de octubre. Descontando el 'efecto Denos', el desempleo se elevó en enero a 4,835 millones de personas.
Además, no es la única forma en la que las administraciones públicas intentaron mejorar los datos de empleo. Según la última Encuesta de Población Activa (EPA), el número de trabajadores de alguna administración subió hasta los 2,937 millones de personas, 18.000 más que antes de empezar el ejercicio 2014.