
"A la vista de la decisión de la mayoría de distribuidoras de no proyectar The Interview, hemos decido no seguir adelante con el estreno en salas previsto para el 25 de diciembre". Con estas palabras se refiere Sony a uno de sus mayores fiascos comerciales, empresariales y políticos.
La cinta, que ya era bastante polémica por su argumento (una comedia de acción en la que el objetivo de dos agentes de la CIA es matar al dictador norcoreano Kim Jong-Un), ha ocupado en los últimos días la atención mundial después de que un grupo de hackers accediesen a los servidores de Sony y, a través de ellos, filtrasen imágenes del final del filme y correos internos de la productora.
La revelación dio paso de inmediato a la amenaza -por parte del mismo grupo de atacantes, o de terceros oportunistas- contra aquellas salas que emitiesen The Interview.
"Sony Pictures ha sido la víctima de un ataque criminal sin precedentes contra nuestros empleados, nuestros consumidores, y nuestro negocio. Aquellos que nos atacaron robaron nuestra propiedad intelectial, correos electrónicos privados y material sensible protegido por los derechos de autor", señala la companía.
La empresa nipona añade además que "respetamos la decisión de nuestros socios y, por supuesto, compartimos enteramente su máximo interés por garantizar la seguridad de los empleados y de los espectadores".