Empresas y finanzas

Optimismo basado en la "alineación de planetas": BCE, euro y petróleo, claves de la recuperación

  • Guindos avanza que la economía crecerá más del 2% previsto anteriormente
  • El perfil de España es el mismo, pero se beneficia de factores externos
  • Sin cambios estructurales, asoman viejos problemas como el déficit comercial

El ministro de Economía, Luis de Guindos, ha avanzado que la recuperación española será mayor del 2% previsto por el Gobierno y ha ilustrado este optimismo de una manera muy gráfica: "Los planetas se han alineado". ¿A qué se refiere? A una serie de factores externos (BCE, euro, petróleo) que ayudan a España, cuya economía, pese a las reformas, crece gracias a 'viejos amigos' como la construcción, el crédito barato, el sector público y la precariedad laboral. A pesar de la recuperación, no se ven cambios estructurales en la economía española.

El propio Guindos lo ha reconocido esta mañana. El titular de Economía ha indicado que en ocasiones "se alinean los planetas" y esto permite un rebote importante de la economía que ya "invita" a ser descontado por algunos analistas. En este sentido, ha considerado que la proyección de crecimiento del 2% para el año que viene es "moderada".

La alineación de planetas de la que habla de Guindos se basa fundamentalmente en factores externos: la política monetaria del BCE, la caída del euro y el desplome del petróleo. Estos factores alivian el estado de las cuentas españolas, lo que permite por un lado gastar más a las administraciones y reducir en buena medida la austeridad, impulsando la demanda interna; y permite por otro lado mantener la competitividad. Mientras, el crédito se recupera lentamente, a pesar del gran endeudamiento tanto público como privado que soporta España.

El BCE y el petróleo

El propio ministro ha reconocido que lo que ayuda a esta mejoría son las medidas que ha puesto en marcha el Banco Central Europeo (BCE) y la caída del precio del petróleo. Desde que el BCE comenzara a actuar, la presión de los mercados financieros sobre España se ha relajado enormemente, reduciendo la prima de riesgo. Ello, unido a que Bruselas se ha mostrado más permisiva con el déficit, ha dado margen para que las administraciones públicas pudieran gastar más.

Y se ha notado, sobre todo en el empleo, pero también en la inversión pública, que vuelve a figurar como uno de los factores que tiran de la economía española. Mientras, se esperan que las medidas del banco central hagan llegar el crédito de verdad a las pymes para consolidar la recuperación.

Otra derivada de la actuación del banco central ha sido la caída del euro, lo que permite que las exportaciones españolas ganen competitividad, especialmente cuando el estancamiento en el núcleo de la Eurozona (no afectado por el tipo de cambio) está frenando la aportación del sector exterior, que no obstante sigue siendo pequeña en comparación con otros países y que no puede sostener por sí misma la recuperación española, como reconocía recientemente el secretario de Estado de Comercio, Jaime García-Legaz.

Mientras, la recuperación del consumo que está tirando de la economía española hace que el déficit comercial siga repuntando tras un breve periodo de superávit. Un desequilibrio estructural que ha resurgido de la mano de la recuperación económica y que podría ser la antesala de problemas futuros. Con todo, podría ser mitigada por otro de los planetas alineados, el petróleo. 

Respecto al crudo, el ministro ha estimado que si la caída del precio se mantiene, además del tipo de cambio, el ahorro que puede suponer para España podría alcanzar los 10.000 millones de euros. Un mini-estímulo que dejará más dinero en los bolsillos de los españoles y ayudará a recortar gastos a las empresas. 

La reforma laboral

Junto a estos factores externos, se encuentran los factores internos, fundamentalmente la reforma laboral, que permite crear (y destruir) empleo más fácilmente y con menores tasas de crecimiento.

En conjunto, explicaba De Guindos, hay signos que muestran esta mejora de la economía, como la ganancia de competitividad, la recuperación del mercado laboral, que la banca ha comenzado a dar crédito (apoyada en las medidas del BCE) o que el sector inmobiliario y de la construcción han dejado de ser elementos contractivos.

A pesar de las reminiscencias antiguas de algunos de estos factores, el ministro también indicado que la economía española ha demostrado un giro "muy importante" en los últimos seis trimestres, "un cambio fundamental", que supone "que estamos consolidando la salida de la recuperación".

En conclusión, la economía española actual tiene un perfil muy similar al de antes de la crisis, pese a las reformas anunciadas: gran peso de la administración, precariedad laboral, déficit comercial y dependencia del crédito barato, el sector inmobiliario y del consumo. Mientras, reducir el déficit y el endeudamiento se fía a una recuperación basada en la "alineación de planetas", precisamente en un entorno global inestable, en buena medida, por esos mismos factores.

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