
Esther Koplowitz ha cerrado un acuerdo con el mexicano Carlos Slim para que el magnate se convierta en el principal accionista de FCC. Según han explicado fuentes cercanas al proceso, Slim se quedará con una participación de alrededor del 25%, mientras que la de Koplowitz se diluirá hasta quedarse por debajo. Antes de la apertura del Ibex 35, la CNMV ha suspendido cautelarmente las acciones de FCC.
La última palabra la tiene ahora el consejo de administración, que tiene que aprobar la entrada de Slim en la compañía, y la CNMV. FCC acudió a Slim tras fracasar las negociaciones con Soros.
La preocupación de Koplowitz, que actualmente tiene el control de FCC con el 50,01% del capital, era no perder su posición de dominio. Precisamente, por eso el fin de semana se rompieron las negociaciones con George Soros, que estaba dispuesto a inyectar alrededor 700 millones de euros para cubrir el 50% de la ampliación de capital que va a llevar a cabo la constructora.
Según fuentes del mercado, las condiciones del pacto con Slim son muy parecidas; sin embargo, se le ofrece la posibilidad a la empresaria de recuperar parte de su paquete en un futuro.
Esto supone una ventaja para Koplowitz, pues la empresaria siempre ha utilizado el dividendo de FCC para hacer frente a los pagos de su deuda personal en la sociedad patrimonial B-1998, a través de la cual tiene la participación en la constructora.
De hecho, recuperar el dividendo es el principal reto en la nueva etapa que arrancará el grupo tras la ampliación de capital de 1.000 millones de euros.
Según las previsiones de la compañía, se volverá a abonar una vez que se logren unos determinados niveles de reducción de deuda (inferior a cuatro veces el ebitda).
El hecho de que FCC dejara de repartir dividendo fue precisamente uno de los motivos por lo que Koplowitz no pudo hacer frente al pago de sus deudas en B-1998. Por eso, ahora se ha visto forzada a buscar un socio al que venderle sus derechos de suscripción preferente a la ampliación.
Sus principales acreedores, Bankia y BBVA, aceptaron dar más tiempo a la empresaria para que buscara un nuevo inversor que inyectara capital en FCC y de este modo pudiera cumplir con su acuerdo.
Estas entidades cerraron con anterioridad un pacto con Koplowitz, por el que le dan un plazo de cinco años para que la empresaria haga frente a su pasivo de 1.000 millones de euros y con el dinero de la venta de los derechos de suscripción preferente amortice los intereses de la deuda.
Durante la jornada de ayer y ante la llegada inminente del pacto entre el magnate mexicano y Koplowitz, FCC subió un 3,064% en bolsa.
Repunte en bolsa
Los títulos de la empresa lideraron los avances del Ibex y vuelve a recuperar la cota de los 15 euros por acción, dado que cerraron la sesión a 15,305 euros por título.
Sin embargo, a pesar de este repunte, la constructora no recupera la caída de los dos días anteriores, cuando se dio a conocer que las negociaciones con Soros no habían llegado a buen puerto.
En lo que va de año, la cotización de la constructora en el parqué cae un 5,38%. Asimismo, el volumen de negociación de FCC ayer se situó por debajo de un millón de acciones.
Con la ampliación de capital de 1.000 millones, la constructora busca recapitalizarse y recortar su endeudamiento. Así, el grupo pretende amortizar un tramo de deuda de 1.390 millones de euros, por el que tiene que pagar un elevado y creciente tipo de interés (del 11% que puede elevarse hasta el 16%) y que, en caso de no liquidarlo, engordaría así hasta los 2.258 millones de euros en el horizonte de 2018.
Además, los bancos tienen en esa fecha derecho a capitalizar la deuda, en caso de que no fuera pagada o refinanciada.
Para ello, FCC tiene previsto destinar a este tramo 765 millones de la ampliación, que servirán para liquidar 900 millones de este préstamo tras aplicar la quita del 15%. También se destinarán 100 millones a Cementos Portland Valderrivas y otros 100 millones a la filial de residuos medioambientales en Reino Unido, FCC Environment. Los 35 millones restantes se dedicarán a los gastos derivados de la operación.
Las inversiones de Slim
El que será el principal accionista de la constructora es el hombre más rico del mundo. El magnate, que controla una fortuna valorada en unos 80.000 millones de dólares (alrededor de 60.000 millones de euros), tiene 74 años y es dueño de la compañía telefónica Claro.
Slim invierte en más de 200 empresas de todo el mundo, entre ellas alguna española, como el Grupo Prisa, donde tiene una participación minoritaria superior al 3%. Asimismo, apostó por el negocio bancario español, llegando incluso a tener un puesto en el consejo de administración en La Caixa.
La cultura española del fútbol atrae también a las principales fortunas del mundo. Slim se convirtió el mes pasado en el abonado 15.000 del Real Oviedo y ahora es el principal accionista al adquirir dos millones de euros en la ampliación de capital del equipo, en el último día de plazo.
Por otro lado, el año pasado se publicó que el empresario había entrado en el accionariado de Gas Natural.