Empresas y finanzas

La sociedad fantasma que asalta al Popular se creó con sólo 4.200 euros

Preparar el asalto de Popular, el tercer banco de España, no cuesta ni siquiera 4.200 euros. O eso es, al menos, lo que ha tenido que desembosar Blueprime, la sociedad fantasma que está intentando comprar desde Reino Unido el 29 por ciento de la entidad que preside Ángel Ron. Según los documentos del Registro de Londres, a los que ha tenido acceso elEconomista, Blueprime Limited se creó el pasado 28 de febrero con una capital social de tan sólo 1.000 libras (1.265 euros), a los que habría que añadir unas 3.000 más por los gastos de gestión.

La creación de la sociedad en Reino Unido tenía como único objetivo evitar que se supiera quién estaba detrás. Para ello, el supuesto grupo mexicano contrató un despacho de abogados de Gibraltar, Hassans Partners, y una gestoría británica, Chalfen Nomenees, que está especializada, entre otras cosas, en la creación y gestión de empresas en paraísos fiscales.

Según las tarifas de Chalfen, los mexicanos habrían desembolsado tan sólo 130 libras para crear y registrar Blueprime en Londres; 998,75 por utilizar la gestora como adminitrador, secretario y accionista y 1.295 libras para disponer de una oficina virtual en Reino Unido durante, al menos, un año.

Servicios varios

Lejos de la operativa de los grandes despachos de abogados y bancos de inversión que suelen trabajar en este tipo de operaciones, la operativa de Chalfen es relativamente sencilla. En su página web, la firma facilita el contacto de Alan Rutland para dar información y precios sobre sus servicios. Basta así con ponerse en contacto con él para registrar una empresa en Seychelles, Belice, las Islas Vírgenes, Malta o Chipre y obtener importantes ventajas fiscales a un coste relativamente pequeño.

"Es cierto que trabajamos en paraísos fiscales, pero nuestros servicios son muy amplíos", explicó ayer Rutland a este periódico, declinando, sin embargo, hacer ningún tipo de comentario sobre los clientes que lo han contratado para hacerse con el control de Popular. "No puede decir nada al respecto. Es absolutamente confidencial", asegura.

Y es que el único autorizado con poder para ello es un despacho de abogados en Gibraltar, Hassans & Partners. Fabián Picardo, socio del bufete, se niega a facilitar tampoco ningún nombre sobre los posibles interesados en el Popular, aunque insiste en que además del acuerdo con Casanova, "se está negociando la compra de otro 16,5 por ciento, con el objetivo después de llegar hasta el 29 por ciento del banco".

Bluprime subraya que, de momento, no ha suscrito ningún acuerdo con otro accionista al margen de Casanova, aunque las negociaciones están "avanzadas". El problema es que algunos de los accionistas más relevantes del Popular como Nicolás Osuna, Ram Bhavnani y Americo Amorim, han negado hasta ahora que nadie haya contactado con ellos y mucho menos que les hayan presentado ninguno oferta.

Sin plazo

A la espera de que ésta les pueda llegar, en el mercado se ha especulado en los últimos días con que Blueprime habría dado un plazo hasta el 30 de julio para cerrar la compra del 20 por ciento inicial del banco -en caso de que no fuera así, los acuerdos suscritos con Trinitario Casanova dejarían de tener validez-, pero sus abogados han negado tajantemente este extremo.

"No existe ningún plazo", aseguró ayer Picardo, que detalló también que todavía no se ha solicitado autorización al Banco de España para acometer la operación. Y es que si lo hicieran, lo primero que tendrían que desvelar es el secreto mejor guardado: los inversores que están detrás de la oferta.

Hasta ahora, lo único claro es que Casanova está agobiado por los problemas financieros y necesita vender cuanto antes. Gracias a una operación inmobiliaria en Águilas (Murcia) paralizada después por el Gobierno autónomico, el constructor se hizo a finales del año pasado con el 3,5 por ciento de Banco Popular por 526 millones. Su empresa, Grupo Hispania, tenía en pleno boom inmobiliario unos activos valorados en sólo 260 millones, pero el empresario no tuvo ningún problema para que la banca le prestara 394 millones y poder acometer así la operación.

El problema es que, según reconoció ayer a la CNMV, para poder conseguir ese crédito Casanova tuvo que hipotecar las acciones del banco y necesita ahora la autorización de la entidad acreedora para poder vender. Casanova ha mantenido en todo momento que esa entidad es un banco extranjero, aunque fuentes financieras insisten en que tiene también una deuda de 100 millones de euros con el Popular.

Una de las razones que están forzándole a vender estaría en sus problemas para devolver ese préstamo. Estas fuentes aseguran que antes que aparaciera Blueprime, el constuctor se dirigió al Banco Popular para que le ayudara a buscar un comprador por su paquete accionarial. Mientras, los inversores siguen teniendo muchas dudas sobre la operación y el banco cayó ayer en bolsa un 2,04 por ciento, hasta 9,6 euros. Blueprime ofrece 14,2 euros, con una prima sospechosa.

WhatsAppFacebookTwitterLinkedinBeloudBluesky