
Los tres imputados hasta ahora por el caso de las tarjetas opacas en Caja Madrid -Miguel Blesa, Rodrigo Rato e Ildefonso Sánchez Barcoj- incurrieron ayer en varias contradicciones durante su declaración ante el juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu. Sin embargo, hubo una cosa en la que tanto los dos expresidentes como el exdirector general de la entidad sí que coincidieron. Fianza civil de 16 millones a Blesa y de 3 millones a Rato
Los tres señalaron de forma clara y contundente al auditor. "Deloitte debía haberlo visto, tenía acceso a la cuenta de quebrantos a la que se cargaban los gastos de las tarjetas y podía verlo". ésta es la idea que los tres transmitieron durante sus respectivas declaraciones, según explicaron al término de las mismas fuentes jurídicas presentes en la sala. Blesa, Rato y Sánchez Barcoj insistieron, en este sentido, en que no se trataba de un sistema opaco, sino que era una forma de retribución a consejeros y directivos transparente y que "todo el mundo conocía".
Deloitte, que ha sido sancionado por el ICAC, un organismo dependiente de Economía, con una multa de 12,3 millones de euros por irregularidades en los informes de auditoría previos a la salida a bolsa de Bankia, no hizo sin embargo ningún tipo de advertencia durante más de diez años con este sistema de pagos opacos.
Los ejecutivos y consejeros de la entidad cobraron a través de las tarjetas un total de 15,49 millones de euros entre 2003 y 2012 y no ha sido desvelado hasta ahora, cuando, tras una auditoría interna, la actual dirección de Bankia ha informado oficialmente al Frob (el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria) para que éste lo pusiera en manos de la Fiscalía Anticorrupción. Hay que tener en cuenta, de hecho, que según el ICAC las mismas personas que auditaban las cuentas fueron las que elaboraron, por ejemplo, las de 2011 para la salida a bolsa. "Los equipos de trabajo asignados a estos servicios están constituidos por personas físicas, socios y gerentes, pertenecientes a la sociedad de auditoría, coincidentes en muchos de los casos con los que tienen responsabilidades atribuidas en la realización de los trabajos de auditoría", asegura en su informe el ICAC.
El problema de fondo es que Deloitte llegó a cobrar más por la consultoría que por la auditoría. Entre el 1 de enero y el 17 de junio, la firma cobró así por otros servicios 2 millones de euros, de forma previa a la salida a bolsa, y 122.700 euros hasta el 28 de julio de este mismo año, una semana después del debut bursátil. Es el 65 por ciento del total en el primer periodo y el 18 por ciento en el segundo.