
El salvamento de las antiguas cajas pasará aún factura en contra de las expectativas del Gobierno de comenzar a recuperar parte de las ayudas gracias, sobre todo, a Bankia. El Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (Frob) perderá otros 283 millones de euros en 2015, de acuerdo a las proyecciones recogidas en los Presupuestos Generales. La cifra supone una décima parte de los 2.787 millones en números rojos encajados el pasado ejercicio y que ya elevaron el quebranto acumulado por el fondo de rescate a 39.720 millones desde su puesta en funcionamiento en 2009.
La adjudicación de Catalunya Caixa a BBVA cerraba, en teoría, la etapa de venta de antiguas cajas a pérdidas y las perspectivas oficiales eran focalizarse ahora en rescatar el máximo posible del dinero puesto por el Erario por distintas vertientes.
Por un lado el Ejecutivo sondea ya una segunda desinversión en Bankia, después de haber colocado un 7,5% por 1.304 millones. Por otro, la entidad presidida por José Ignacio Goirigolzarri restablecerá en 2015 el pago de dividendos, siendo el Estado el mayor beneficiario como propietario del 61% del banco.
El organismo dirigido por Antonio Carrascosa inyectó otros 2.780 millones en BMN, Liberbank, Caja3 y Banco Ceiss, cuya devolución debería haberse iniciado para entonces. Liberbank amplió capital recientemente para reforzar su solvencia de cara a las pruebas de salud del Banco Central Europeo (BCE) y saldar cuentas con el Frob, con el reintegro de los 124 millones recibidos en préstamo.
BMN ultima a su vez el salto a la bolsa a fin de facilitar la salida del Estado, dueño de un 65,03% del su capital, y Caja3 también tiene planes de devolución de sus ayudas.
El ministro de Economía, Luis de Guindos, ha defendido de forma reiterada la posibilidad de recuperar la "inmensa mayoría" de los 39.000 millones prestados por Europa para la última oleada de recapitalización y la creación del banco malo o Sareb. Y se esperaba que el Frob hubiese dejado atrás los números rojos, porque hasta 2013 ha asumido saneamientos por deterioros superiores a los 38.880 millones por el dinero inyectado en entidades con problemas.
En las cuentas de 2014 aún deberá encajar nuevos ajustes, al haber vendido Catalunya Caixa a BBVA por un máximo de 1.187 millones de euros en comparación con los 1.854 millones a los que tiene contabilizada la enseña en sus libros.
Los quebraderos de cabeza para el organismo en 2015 podrían derivarse de los blindajes ofrecidos para amarrar la venta de antiguas cajas y evitarse el disgusto de subastas desiertas.
En la misma operación de Catalunya Caixa, abortada en dos ocasiones previas ante el desinterés inversor, concedió garantías a BBVA susceptibles de reducir su factura final a 600 millones. El Frob protege a la entidad frente a potenciales pérdidas ligadas a reclamaciones por cláusulas suelo, litigios con productos híbridos y la Sareb, y le ahorrará la compensación a Mapfre si rompe su alianza en seguros.
Son garantías muy similares a las concedidas a Banesco en la compra de Novagalicia o a Unicaja, que amagó con frustar la absorción de Banco Ceiss si no lograba mayores garantías por sus activos. Otra fuente de pérdidas serán los equemas de protección de activos concedidos sobre determinadas carteras de Banco de Valencia y la CAM.