Empresas y finanzas

El Banco de España admite que su gobernador calló por motivos políticos

El Banco de España por fin lo ha reconocido. Tres meses después de que su gobernador, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, tomase la callada por respuesta en lo que se refería a la situación económica española, la entidad admitía que el motivo de este mutis por el foro fue que no quiso interferir en el desarrollo de las elecciones. Por eso no se pronunció sobre la evolución de la economía.

El segundo de a bordo del supervisor, José Viñals, admitió ayer que el gobernador se calló de diciembre a marzo sobre la situación real para no influir en la decisión de los españoles a favor de uno u otro lado de la balanza, con el objetivo de evitar que, dijese lo que dijese, "pudiera utilizarse como arma electoral". Estas declaraciones se producen mucho tiempo después de la celebración de los comicios. Durante la campaña, el Partido Popular lanzó numerosas críticas al silencio del máximo representante del Banco de España, que en la primera etapa de la legislatura anterior fue secretario de Estado de Hacienda.

Además, el reconocimiento se produce en medio de la polémica sobre si la economía española ha entrado o no en crisis o tan sólo está en una desaceleración profunda. Viñals, no obstante, matizó que el organismo en todo momento mantuvo la información a través de los boletines mensuales y a través de otras intervenciones públicas, y que en todas ellas hablaba ya de una "desaceleración más profunda" de la economía.

También quiso aclarar que en esos meses el gobernador no tuvo que acudir al Parlamento porque la actividad en las cámaras (el Congreso y el Senado) estaba paralizada, precisamente, por las elecciones.

Las fusiones como salida

El subgobernador también se refería a la actual situación financiera y afirmaba que, a medida que vaya remitiendo la desaceleración de la economía española, es "posible" que se vayan produciendo procesos de consolidación entre entidades bancarias. Durante su intervención en las jornadas organizadas por la Apie, Viñals dijo que "es algo que deben valorar las propias entidades. Pero es lógico que en periodos donde el crecimiento es menor, las alianzas, fusiones o adquisiciones sean la mejor vía para encarar el futuro". Por este motivo añadió que en España "es ciertamente una posibilidad, aunque el tiempo lo dirá". El subgobernador explicó que, a pesar de que pueda haber fusiones, la situación del sistema bancario español es "buena." "En el caso de nuestros bancos y cajas, la rentabilidad ha sido buena y han visto crecer sus beneficios recurrentes", insistió el subgobernador, que explicó que los niveles de solvencia, están "clarísimamente" por encima de las exigencias.

Cajas de ahorros

El mensaje del directivo se produce en medio de la tormenta subprime y en los comienzos de la expansión internacional de las cajas de ahorros. Viñals habló de los criterios que aplica el regulador para aprobar la compra de cualquier entidad de participaciones en bancos extranjeros. Una de las condiciones que recomienda es que la expansión debe ir precededida de una extensión del negocio en España con el objetivo de evitar "saltos que añadan incertidumbres sobre su viabilidad a corto, medio y largo plazo".

De esta manera, acotaba a las grandes cajas de ahorros (también a los bancos) las probabilidades de éxito en territorio foráneo. Lo que hizo el subgobernador es ofrecer cifras concretas del volumen de activos y extensión geográfica que sería suficiente para iniciar un proceso de internacionalización, aunque dejó claro que éste y otros criterios los habían cumplido La Caixa, Caja Madrid y CAM.

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